Me duele la cabeza, no sé dónde estoy, pero puedo ver que estoy en el piso de un cuarto con alfombra roja, rodeado de botellas. El clavijero de mi guitarra está roto y tengo la cara blanca manchada por polvo. Mierda, no sé qué pudo haber pasado. Tengo que salir y averiguar dónde carajos estoy.
Hace un mes atrás firmé un contrato para una presentación con mi banda en un pequeño bar. La verdad, este lugar es ilegal, sirven tragos adulterados, pero es lo que hay. Si quiero dar a conocer a mi banda, tengo que tomar las oportunidades que se me presentan. No encuentro mis zapatos, así que me dirijo hacia la puerta descalzo. Puedo ver que la puerta no estaba cerrada, y debajo de mi guitarra veo billetes de a doscientos. No sé cuánto haya, pero asumo que son míos ya que no hay nadie más en la habitación. Los recojo y salgo de ahí por donde carajos encuentre camino.
Recuerdo vagamente ciertos acontecimientos. No sabía dónde estaba mi banda en ese momento, pero al parecer fue el resultado de una presentación exitosa. Las llamadas en mi celular solo son de un número desconocido y un par de mensajes de mi madre anunciando que mi padre me rompería la espalda si me ve llegar ebrio.
Devolví la llamada al número desconocido para averiguar quién era, y después de dos intentos por fin me contestan con un grito estruendoso que me hizo apartar la oreja del auricular.
¡Hasta que te acuerdas de mí, hijo de perra! - se tomó un respiro - ¿Cómo te atreves a dejarme de esa manera y más aún en el estado en que estabas? Te había cuidado toda la noche, y después de follar me dejas para irte a beber solo en ese cuartucho mientras escribías en esa maldita libreta que siempre llevas. No quiero saber de ti, terminamos.
No respondí nada. De todas formas, esa relación no iba a llegar muy lejos. Yo estaba con ella porque era el estándar de casi cualquier hombre que había pisado la bendita tierra. Era una gótica blanca con el pelo rizado, amplias caderas, senos y un trasero que destacaba por su falda. Recuerdo vagamente que la noche anterior iba vestida con una falda negra, una camisa blanca y una chamarra de cuero, con los ojos sombreados y un cuello de cuero en el cuello.
Cada mañana después de haber tenido una presentación tenía que disimular la borrachera en casa de mis padres. De todas formas, apenas tengo 16 años y vivo con ellos. Si bien traigo dinero que me ganaba tocando, ellos me dijeron la típica frase de "mientras vivas en mi casa, sigues mis reglas", así que me tocaba deshacerme del tufo, contar cuánto había ganado la noche anterior y seguir con la vida como si nada.
Una vez reaccioné mejor, me di cuenta de que era domingo en la mañana. No había llegado a casa desde el viernes, me temblaban las manos y sentía una fuerte presión en el pecho. Tomé mi guitarra y salí sin avisarle a nadie. La llevé a un taller de un buen amigo que tengo. El tipo trabajaba con muchos músicos conocidos en mi región, la mayoría de ellos folkloristas, así que hacía un buen trabajo y casi no me cobraba, pero de todas formas le dejaba algo de dinero. Para mí, ningún trabajo debe ser regalado.
Mientras arreglaba mi instrumento, decidí venir a tomar una copa a un bar algo conocido cerca al prado llamado Fragmentos. Apenas habían abierto, así que me pedí un destornillador. Esa bebida consiste en jugo de naranja y vodka. Mientras esperaba la bebida, pude ver que no tenía números registrados en mi celular. Con razón, el número de mi pareja o bueno, ex pareja, no estaba registrado. Hago muchas estupideces estando ebrio. A los pocos minutos, me trajo mi bebida una mesera de piel canela, delgada y con un aroma a cigarrillo acompañado de su perfume. Llevaba unos cortos que no dejaban nada a la imaginación y traía un sombrero con una pluma.
Disculpe la demora - me dijo inclinándose - es que acabamos de abrir y las bebidas aún no están listas.
Está bien, te disculpo si te tomas una copa conmigo - le respondí - mira, no frecuento mucho este lugar, pero estoy seguro de que no te había visto antes, te recordaría.
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Corazón de cuervo
Non-FictionUn breve repaso a la vida del actual escritor, musico e ingeniero Michael Ravenheart mas que todo a partir de los 16 años hasta cosas vividas antes de su vida adulta.