Hay tres sonidos fáciles de reconocer en la habitación del hogar para ancianos "Los años dorados". El primero, es la lluvia que golpea contra los cristales. El segundo, la radio encendida en una emisora que transmite un blues de Sinatra. El tercero, el que no parece pertenecer, es la voz de la voluptuosa rubia de vestido corto.
-Señor Luca, gracias por recibirme. -Dice Naomi. Sus ojos castaños recorren la habitación. El mobiliario es deprimente, la copia al carbón de todas las habitaciones. Con una excepción, una fotografía en la pared. En la foto, un apuesto joven con un traje, acompañado por una mujer mayor.
-Es un placer, no podía negarme a recibir a una belleza como usted. -El anciano tendrá unos 75 años, pero su forma de hablar es cautivadora. Sus gestos no son toscos, como se esperaría dada su reputación, sino fluidos y elegantes, pero con una seguridad que denota fuerza de carácter. "Este hombre era sexy hasta más no poder", piensa Naomi. "Tal vez lo sigue siendo, a su manera".
-Me sonroja, señor. Es usted un caballero.
-Habrá quien diga lo contrario, aunque tal vez la mitad ya no me recuerde. -Al decir esto, la sonrisa de Luca revela por primera vez en la tarde un dejo de tristeza, de melancolía.
-Mucha gente lo recuerda, su historia sigue siendo de las más interesantes desde Nueva York hasta Nevada, sobre todo en Illinois.
-Bien, ¿qué quieres saber de mí que no haya salido ya en los periódicos? La mitad de lo que salió es mentira, pero nadie se había molestado en preguntar. -Su voz se endurece y Naomi recuerda que en otro tiempo se trató de un hombre muy peligroso.
-No se lo había comentado, pero escribo para una revista para adultos. Una de las facetas con más rumores y menos certezas es su vida romántica. Se dice que usted era un Don Juan. -Naomi le clava una de esas miradas suyas que sabe muy bien que congelan a los hombres. Luca Paretti no se congela.
-Ya veo, quiere escribir sobre mi vida sexual -Lo dice de forma seca, sin un dejo de emoción-. No creo que les interese demasiado el amor.
-No quise ofenderlo. -Naomi baja la mirada, a lo que Luca responde con una sonrisa.
-Disculpe usted, hace mucho que no acostumbro a tratar con las personas. Los hombres de mi época no hablamos de nuestras experiencias y menos con mujeres, pero no estamos en mi época, ¿no? Además, todo cambia. Yo nunca fui tan rígido como los demás. Está bien, le contaré algunas de mis historias. Aunque le advierto que no son pocas, podría tomarnos un tiempo.
-Puedo venir nuevamente, más de una vez, si es necesario.
-Está bien, voy a remover ese viejo baúl. Aunque sea para seguir recibiendo la visita de una belleza como usted. -Luca le dirige una sonrisa juguetona a Naomi, que no le molesta en lo más mínimo. Podría ser su abuelo, nunca se lo llevaría a la cama, pero no le molesta coquetear un poco con él. Además, cuando Luca le mira el escote o las piernas, no lo hace como un viejo verde, sino como lo haría un buen amante. "Sí, este hombre fue espectacular".
-¿Por dónde empezamos?
-Por el inicio, linda. Crecí en un barrio pobre de Nueva York...
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Aves de paso
General FictionLuca Paretti fue un cobrador para las apuestas en Harlem del Este, fue un tirador para la Camorra durante la guerra contra la Mafia Siciliana, fue un traidor y un informante, fue leñador, fue guardaespaldas sin licencia en Las Vegas... Hizo todas la...