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—No veo la hora de que me des un cachorro— el omega recibió un beso húmedo en el cuello, el alfa lo olfateaba intensamente justo ahí, dónde iría su marca, aquella mordedura que los uniría de por vida.

Taehyung miró a su alrededor, se encontraba en una habitación, se veía bastante lujosa, cama king size con los mejores tendidos de seda, parecía ser tarde, pues se encontraban solo a la luz de las velas, a su lado descansaba un corpulento alfa, el omega se encontraba sentado mientras el alfa estaba acostado pero una de sus manos subía y bajaba suavemente por su espalda, le hacía sentir incómodo pero algo dentro de él le decía que así debían ser las cosas, sin embargo en su pecho vibraba un ahelo, el quería algo, solo no sabía el qué.

—Este anillo luce tan bien en tu dedo, tienes las manos más bonitas que ví jamás, eres un omega precioso— el alfa se puso de pie y alcanzó los labios del omega, un escalofrío recorrió su espina dorsal, el no quería ser besado, no sin su consentimiento.

Taehyung despertó con el corazón acelerado y un mal sabor de boca, de nuevo no sabía con quién había soñado, sus sueños de verdad que lo tenían al borde del colapso, ¿Cuál era la historia tras de aquellos sueños? Al menos ¿Había una? Taehyung no entendía nada, pero de verdad quería encontrar respuestas, sus sueños los perseguían desde que se había presentado como omega, sin embargo las últimas semana estás pesadillas habian cambiado, no podía llamarlas pesadillas, solo sueños, algunas noches soñaba con un alfa, ese que lo acompañaba en la cama y lo besaba sin su permiso y al cual Taehyung sentía que no debía pero tenía que servir, otras noches se encontraba en la colina con otro alfa, ese que lo hacía sentir seguro, ese al que no tenía que, pero le servía con entusiasmo.

Algunas noches en cambio se sumergía en la oscuridad de un bosque, pasos tras de él, voces que lo perseguían, y una voz cálida que lo animaba a no perder el aliento y correr por su vida, estás pesadillas que cambiaban de final, pero que siempre tenían un desenlace fatal, un día era él, apuñalado en el corazón, el estómago o porque una flecha alcanzaba su pulmón y colapsaba en medio de la sangre, otras veces era su acompañante, mismas puñaladas, misma flecha, diferente receptor, misma angustia al despertar, el mismo miedo, las mismas preguntas y el mismo vacío en el pecho, las mismas ganas de saber quién había dado su vida por él o por quien él había dado la vida.

Los últimos días cuando Taehyung despertaba por un sueño se encontraba con que ya era de día y él había dormido toda la noche y había descansado realmente bien, el café ya no hacia parte de su ecuación y el era feliz solo con ese hecho.

Durante su primer semana de trabajo se había creado una una dinámica, llegar trabajar un poco salir con su jefe por el desayuno en el cual además se daban conversaciones amenas y volver a la oficina a continuar con su trabajo y desde el punto de vista de Kim, continuar adquiriendo conocimiento porque algo que había visto en el alfa es que era realmente inteligente y sabía llevar muy bien el negocio, y lo que más le gustaba era que Jeon estaba en completa disposición de enseñarle lo que fuera necesario.

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