Encuentro

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Estupido, así se sentía Jin después de chocar con el bar tender a quien se le cayó la charola con los vasos de licor que traía entre sus manos.
El líquido se derramó por el piso, Jin se agachó para ayudar al hombre recoger los restos del cristal mientras intentaba escuchar la conversación.

"LE METERÉ UN TIRO POR LA CABEZA AL HIJO DE PUTA DE DENNIS"

La voz que dijo esas palabras era suave y muy masculina, le aturdió un poco los sentidos a Jin que tuvo que aguantarse las ganas de voltear hacia la mesa donde se hallaban un par de hombres, ya que podría levantar sospechas de que entendía perfecto el inglés con que se comunicaban entre ellos.

—Lo mataré y después se lo daré a los perros para que desoyen al cabrón.

—Si hace eso los perros pueden dejar evidencia del crimen si alguno llega a escaparse. No creo que sea buena idea Matthew.

—Los perros están bien entrenados y tienen tanta hambre que dejarán solo los huesos; le diré a Seongchi que limpie todo a la perfección en cuanto terminen.

—De solo oírlo ya me dio asco lo que piensas hacer con Dennis.

—No tienes nada de que preocuparte, Brandon.

Jin quedó estático por segundos mientras seguía fingiendo ayudando al bar tender.

Aquello no era nada bueno. Meterse con el imbecil de Dennis era peligroso porque siempre estaba custodiado por los hombres de Caesar y al parecer a ese par de hombres no les importaba en lo más mínimo.

Para infortunio de Jin, conocía muy bien a Dennis, uno de los mafiosos más peligrosos de todo Seul. Ya había tenido un encuentro con él donde con trampas, lo insultó y golpeó casi hasta la muerte porque debido la intervención de los hombres de Jin, perdió la entrega de un envío de drogas proveniente de china.

Dennis estaba furioso de que Shinae, la empresa de Jin, seguía siendo el principal distribuidor de Mongri en Seúl aún con la ayuda del ruso llamado Caesar Alexandrovich. Un nuevo mafioso recién llegado a Corea.

Jin fingió total ignorancia a la platica del tal Matthew con Brandon y se levantó del piso, con suerte la columna de en medio pudo taparlo y esos hombres no se dieron cuenta de su presencia ni del incidente con las bebidas.
Dió otro vistazo a las mesas contiguas, la gente continuaba escuchando música y bebiendo muy ajenos a la platica de ellos dos.

—¿Se encuentra  bien Jefe?—preguntó Yoonbal quien llegó con Jin

—Si, estoy bien. Solo estoy muy torpe el día de hoy.

—Le ayudaré con eso.

Yoonbal limpió el traje de Jin con un pañuelo y le hizo un ademán para guiarlo a la salida, Jin pensó en rodear las mesas para no ver al par de "hombres asesinos" pero fue inútil cuando sintió como los ojos de ambos, se clavaron en su figura en cuanto los vieron salir por detrás de la columna.

Matthew y Brandon en efecto lo inspeccionaban, viendo como intentaba parecer un hombre cualquiera que fue a beber a un Pub muy rústico del Barrio Rojo.
Jin giró su rostro al sentir sus miradas y el corazón le comenzó a latir con fuerza, con un escalofrío recorriendo cada parte de su cuerpo.

Matthew y Brandon eran enormes, con un torso bien esculpido que se notaba a la perfección por sus camisas blancas. Ambos vestían finos trajes en color negro como si fueran CEO de una importante compañía extranjera.
Sus rostros con facciones varoniles y muy atractivas le hicieron sentir cosquillas por su entrepierna. Uno era mucho más joven que que el otro, con cabello castaño y quien lo miraba con emoción.
No podía distinguir el color de sus ojos desde esa distancia pero sin duda era bello.
El hombre mayor no se quedaba atrás, con cabello negro y una expresión un tanto molesta, le hicieron crispar a Jin.

¿Un Omega para 2 Alfas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora