Arrestado por cuarta vez una noche, acusado de alterar el orden.
No estaba de más, ya que se había peleado a golpes con otro chico en un estacionamiento de una plaza comercial, cerca del bar de donde había salido.
- Max Verstappen - dijo un oficial acercándose - Hola, de nuevo - Estaba tomando notas en su libreta
- Hola, Lewis - pudo contestar aunque tenía mucho alcohol circulando en su cuerpo. Apenas unas marcas de golpes se notaban en su cara y cuello
- Hoy te excediste. Le rompiste la nariz a aquel sujeto - Max apenas volteó a ver al tipo que era atendido por paramédicos - Tu apenas tienes rasguños - se rio y Max también lo hizo.
En ese momento no estaba muy consciente de la situación.
Llegando a la Estación de policía le hicieron entregar sus pertenencias y lo encerraron en una celda.
Despertó por la madrugada, dándose cuenta de que nuevamente había sido arrestado. Traía algo de náuseas.
Poco después escuchó fuertes gritos reconociendo la voz de sus padre, y la suave voz de su madre.El nuevo oficial le había puesto una detención de 72 hrs., rechazando aceptar la multa. Había estudiado su expediente encontrándose con que el chico mal educado ya tenía varias detenciones, saliéndose con la suya pagando multas para no ir a prisión. Habían sido por conducir ebrio, ir a exceso de velocidad y afortunadamente no había causado daños a personas, hasta ahora en donde él había iniciado una pelea.
Max escuchó el sonido de unas llaves y una puerta abriéndose, algunas voces y pasos acercándose por el pasillo.
- Sólo hago mi trabajo, Sr. Verstappen - habló el oficial, su tono era muy suave
- ¡Me importa un carajo quién seas tu! - habló el padre de Max. Dueño de una colección billonaria de autos y aviones, también dueño de una marca muy cotizada de autos de carreras. Su esposa trataba de tranquilizarlo interponiéndose entre él y el policía - ¡Abre la celda! -
- No puedo. Tiene que cumplir las 72 horas de detención, se lo aclaré antes - su voz era tan tranquila
- Por favor, oficial Pérez. Sólo queremos ver a nuestro hijo, saber si está bien - el oficial Pérez accedió a su petición.
Llegaron por fin hasta la celda, Max lo recorrió con la mirada de pies a cabeza. Al parecer era nuevo, no era el mismo agente con el que casi hacía una amistad. Él ni le prestó atención en ese momento.
- ¿Estas bien, hijo? - se acercaron ambos padres. Su madre metió sus delgados brazos entre las rejas y poder tocar las manos de Max para darle consuelo
- Sí...estoy bien - contestó sin mirarlos. Su padre miró de reojo al oficial con un gesto nada amigable y después se acercó a la reja para hablarle en voz baja a su hijo. También estaba molesto con Max, de que ese muchacho no le importara su futuro. El oficial comprendió que necesitaban privacidad y se alejó de ahí.
- Ya habíamos hablado de esto, Max. Cada vez que creo que ya recapacitaste me decepcionas al poco tiempo ¡Madura! - Max se alejó de la celda rompiendo también con el agarre de su madre.
A ella también le dolía que Jos le hablara de esa manera. Siempre había sido así, desde que Max era pequeño, no lo dejó crecer ni desarrollarse a su modo, siempre fue impuesto a hacer o involucrarse a lo que Jos quería. Todo es iba haciéndole perder el interés en lo que realmente le gustaba hasta que decidió salir sólo o con amigos, beber a mas no poder. Al menos no le interesaba drogarse...hasta donde sabían sus padres.
- Maxie, acércate - él apenas dio unos pasos adelante - Vas a quedarte aquí unos días - por fin el chico levantó la mirada. No se veía miedo, ni tristeza ni un poco de ira.
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360°
FanfictionMax Verstappen, hijo de un billonario coleccionador de autos y además dueño de una de las marcas de autos de carreras más cotizadas del mundo, es arrestado por cuarta vez. Sus padres intentan sacarlo de ahí pagando una fianza pero no les permiten po...