el llamado de Noé

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Noé, un hombre de 517 años, lo que equivaldría a un hombre de 50 años en la actualidad, pero mucho más vigoroso, y su esposa se despertaron con la luz del sol que se filtraba por la ventana, el dulce sonido de los pájaros y el estridente canto del gallo.

_Buenos días, amado mío.

_Muy buenos días, esposa mía _Noé respondió con una cálida sonrisa y besó a su esposa. Ambos se levantaron de la cama y Noé se dirigió a un cesto de ropa, donde tomó una especie de camisa para cubrirse solo el torso, ya que tenía puesto un short de cuero marrón. Luego salió al pasillo, en donde se encontraban las tres habitaciones de sus hijos Sen, Can y Jafet y sus nueras.

_Chicos levántense, ya es de mañana _dijo Noé, tocando a cada puerta.

Él, junto con su esposa, bajaron las escaleras a la planta baja de la casa que contaba con una zona de servicio, donde estaba la cocina una habitación pequeña pero equipada con todo lo necesario. El comedor era una habitación espaciosa, con una gran mesa de madera donde podían sentarse toda la familia y sus invitados. La sala de estar era una habitación acogedora, con un sofá, sillas y una chimenea. La casa es una construcción grande y sólida hecha de madera y piedra con un estilo medieval. Noé entró a un dormitorio ubicado en esta planta baja, en el que aún dormía Lamec, el anciano padre de Noé, quien tenía unos 703 años, o lo que sería un anciano de al menos 70 años actualmente. Noé se acercó a la cama de su padre y le tocó suavemente el hombro.

_ Padre, ya es de mañana. Es hora de levantarse.Lamec abrió los ojos y miró a su hijo._ Buenos días, hijo mío.Lamec se levantó de la cama con la ayuda de Noé, el anciano dirigió su mirada a la ventana del dormitorio y miró hacia afuera._ Parece que va a ser un buen día _Noé sonrió _ Sí, padre. Creo que sí.Pocos minutos después, toda la familia está sentada a la mesa para desayunar. Antes de probar bocado, se toman de las manos, cierran los ojos e inclinan sus rostros. Noé comienza una oración.

_Señor Dios creador de los cielos y la tierra, te damos gracias por la fortaleza que nos das para trabajar la tierra que nos has dado y comer de ella los frutos que nos brindas. Perdona las veces que te hemos fallado y ayúdanos a perdonar a quienes nos ofenden.

Al terminar, todos se disponen a comer. Sara, la esposa de Noé, dice con emoción _Hoy es un día muy especial, ¿no es así?

_¿Día especial? ¿Qué se celebra? _ pregunta Can.

Jafet responde _No sé, tal vez, el cumpleaños del viejo Matusalén o alguna festividad especial de la tribu.

Las esposas de ambos les dan un pisotón en señal de protesta.

-Eso les saldrá caro, par de tontos... _ dice Sem entre risas y todos se ríen.

Noé responde.-No olvido mi primer aniversario con vuestra madre. Hoy haremos algo muy especial. Después de los quehaceres diarios iremos al altar del Señor...

Lamec añade con aire de tristeza_ del verdadero Señor.

Noé continúa _muy cierto. Iremos a ofrecer un sacrificio como agradecimiento a Dios por nuestro primer aniversario y pedirle que nos conceda muchos años más.

Tras el desayuno, todos salen de la casa para atender las tareas matutinas de la aldea, la cual tiene un tamaño considerable, similar al de un pueblo no muy pequeño pero tampoco demasiado grande. Su estructura es rudimentaria, al estilo medieval, al igual que las vestiduras de sus habitantes. Los más jóvenes de la aldea, como los hijos de Noé, comienzan el día aprendiendo los oficios con tutores. Les enseñan a trabajar con el metal para la construcción de herramientas cotidianas, como las usadas en los campos de cultivo. También aprenden carpintería, extracción y fabricación de brea, entre otros oficios de la familia. Noé, como primogénito y líder del clan, se sienta en un banco todas las mañanas en la plaza central rodeado de personas para escuchar a los que vienen a él con problemas. Trata de resolverlos de una manera pacífica.

Guerra De Espiritus/GénesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora