Capítulo catorce

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Mariet estaba terminando su café mientras terminaba de oír la historia y todo acerca del contrato.

—Entonces, ¿qué opinas? —preguntó Walker.

—Qué bueno que no firmaste.

—¡Lo sabía! ¡Era una estafa! —exclamó Walker golpeando la mesa.

—Técnicamente no, ¿leíste las letras pequeñas? ¿Las palabras entre líneas?

—No había nada de eso.

—Temo decirte que siempre mi padre pone eso. Mira, te lo pongo así: tú eres su proveedor de ropa, tú sabes cómo conseguir buenos descuentos y mi padre revende tu mercancía a precios más altos, pero eso último tú no lo sabes; mi padre te da un pequeño ingreso mensual de todo lo vendido, pero comparado a lo que él gana, tú ganarías más si lo revendes a otras personas o tú mismo. Ahora imagina lo que hizo mi padre contigo, pero con varias empresas pequeñas que quieren vender a cualquier costo.

—¿Y eso no es ilegal? —preguntó Sebastián.

—No, entra en el marco legal, en este caso, revender no es ilegal, porque ya firmaste y diste tu consentimiento de que estás recibiendo un pago por la venta de tus productos. Mi consejo es que hubieras pedido un porcentaje por cada prenda vendida más un extra mensual por tus servicios.

—¿Pero...? —preguntó Walker molestó.

—Pero mi padre no acepta esa clase de tratos, porque no le conviene.

—Ese desgraciado, infeliz—respondió Walker—. Sabía que algo de él no me daba buena espina.

—Qué bueno que no aceptaste—respondió Sebastián—. No te ofendas, Mariet, pero a tu padre le va el tema de las estafas.

—Él sabe cómo hacer negocios, diría que es una mentalidad de tiburón. En fin, se hace tarde... ¿Eso es todo?

Mientras tanto, Bastián, Marcus y Dylan salieron del auto llevando puesto pasamontañas, Bastián sacó su pistola con silenciador y le disparó a una cámara en un poste de luz, y otras cuatro cámaras juntas en un gran poste posicionado en el centro del lugar. Bastián saltó las puertas del alambrado con ayuda de Marcus y Dylan.

—Sí, creo que es todo, lamento las molestias Mariet...De verdad necesitaba aclarar las ideas y saber que clase de persona era Voyage.

—No te preocupes, yo espero que no, pero aun así ten cuidado. Bueno, voy a esperar a otro amigo que quiero que conozcan y que me va a llevar. Se llama Gary, les caerá bien.

Bastián sacó un pequeño destornillador y una ganzúa. Les abrió las puertas y vieron las luces encendidas en la oficina junto a un automóvil estacionado al lado.

—En fin...Lamento las molestias señorita Mariet—respondió Walker—. Y lamento todos los problemas que le está ocasionando ese hombre, ¿segura que no quiere llamar a las autoridades?

—Técnicamente yo soy la ladrona, además, mi padre de seguro va a encontrar la forma de evadir a la policía con los mejores abogados y de seguro a mí me manda al psiquiátrico. Dentro de unos días ya todo se acaba.

—Pero podemos brindarte protección, un lugar para que puedas estar a salvo y descansar.

—No te preocupes, ya tengo un lugar para descansar. No debe tardar ese amigo que vendrá por mí.

Sebastián se percató que las cámaras marcaban error y estática.

—Qué raro, las cámaras están marcando error, todas.

Historia PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora