Capítulo quince

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Tres años después...

Voyage estaba afuera de una clínica, esperando a Phoebe dentro de su auto, a petición de Phoebe. En ese momento ya estaban en un noviazgo. Voyage comenzó a aburrirse y se puso a abrir la guantera del auto, al momento de abrir una guantera que estaba arriba del asiento del piloto, vio el anillo de bodas de Phoebe entre unos papeles. «Ah, es un bonito anillo, no sabía que ella aún lo conservaba, creo que me tomaría cuatro salarios en comprarle uno así», pensó Voyage mientras analizaba el anillo, era un anillo con un pequeño diamante.

Phoebe salió de la clínica, pero se notaba muy mal: no dejaba de temblar, tenía la mirada perdida y los ojos llorosos. Voyage guardó el anillo en su bolsillo por error y salió de inmediato del auto preocupado al verla tan mal.

—¡¿Qué pasó?! —preguntó Voyage preocupado tomándola con cuidado de los hombros.

Phoebe negó con la cabeza y comenzó a respirar más agitada y apretando los puños.

—Tranquila, respira, calma, antes de que cuentes algo, ¿qué quieres hacer? ¿quieres regresar a casa, caminamos o quieres dar una vuelta en auto? —preguntó Voyage nervioso sin saber qué sucedía ni que hacer.

—¿Podemos ir al parque? Necesito aire—respondió Phoebe en voz baja como si tuviera la garganta irritada.

Ambos entraron al auto, la pierna de Phoebe comenzó a temblar mientras se mordía los labios. Voyage iba a arrancar hasta que notó lo que ella tenía.

—Phoebe, enojate, saca la ira, recuerda lo que me dijiste: entré más lo guardas, más violenta te vuelves...

Phoebe respiró más rápido, se cubrió el rostro con una mano y con la otra comenzó a golpear el descansa brazos hasta romperse en llanto.

—Ven aquí—respondió Voyage abrazándola por el hombro—. Tranquila, respira.

—No quiero morir, Voyage, no quiero, no quiero...—Respondió Phoebe llorando.

Al oír eso, Voyage se mostró más preocupado.

—Cuéntame, ¿qué sucede?



Minutos después. En un parque cercano.

Phoebe tenía la mirada perdida en el estanque frente a ella, mientras Voyage traía un par de abrigos por el aire frío.

—Toma—Voyage le entregó su abrigo.

—Gracias...

Voyage se sentó junto a ella y ambos vieron la tranquilidad del estanque, era un día frío y la gente sólo usaba el parque como atajo, pero nadie se quedaba.

—Entonces... ¿tú corazón...?

—Insuficiencia cardíaca...Estoy...en riesgo. Estoy a tiempo de tratarme, pero son años de terapias, medicamentos, tratamientos, visitas al hospital...operaciones. Y el riesgo de muerte sigue ahí.

—Sé que eso da miedo, Phoebe, pero no estás sola...Yo puedo ayudarte en lo que necesites.

—No puedo hacerlo, Itzi.

—¿Qué? ¿Por qué no? ¿Cuál es el problema?

—No sé si puedo ausentarme tanto, la empresa me necesita, y ya tengo a todos ocupados en sus respectivas áreas...No tengo fuerzas ni tiempo para entrevistas o entrenamientos para que alguien tome mi puesto. Tal vez mi salud...

—No, Phoebe, no. No puedes poner tu trabajo por encima de tu salud—respondió Voyage molesto—. ¿De qué servirá que trabajes si empeoras?

—Pues si no trabajo, no gano dinero, me voy a la quiebra y no puedo pagarme las terapias. No es una obsesión con el trabajo, Itzi, pero, ¿qué puedo hacer? Esto puede durar años y no sé cuánto aguantará la empresa y...—Phoebe se quedó callada un momento y después juntó sus manos a su boca—Dios...

Historia PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora