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La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas mientras Han se preparaba para ir al pueblo. El sonido de la puerta de su habitación abriéndose llamó su atención, y al girarse, se encontró con Minho, que recién se despertaba.

"¿Qué estás haciendo tan temprano?" Minho preguntó, frotándose los ojos somnolientos.

Han le dedicó una sonrisa mientras terminaba de abrocharse la camisa. "Voy al pueblo a comprar algunas cosas para el desayuno. Mis padres se fueron a la ciudad por el día, así que soy el encargado de la comida esta mañana".

Minho frunció el ceño ligeramente, pareciendo intrigado por la idea. "¿Por qué no me dijiste? Puedo ir contigo".

Han se detuvo un momento, considerando la sugerencia de Minho. "¿Estás seguro de que quieres ir tú? No tienes que hacerlo, puedo manejarlo solo".

Minho se encogió de hombros con indiferencia. "No es gran cosa. Además, ¿cuánto daño puedo hacer comprando unas cosas en el pueblo?"

Han sonrió ante la seguridad de Minho, pero todavía parecía un poco dudoso. "Bueno, si estás seguro. Pero, ¿estás seguro de que sabes lo que necesitamos?"

Minho rodó los ojos con diversión. "Soy capaz de recordar una lista de compras, no te preocupes. Además, puedo ser un idiota, pero sé cómo comportarme cuando es necesario".

Han se rió entre dientes ante la respuesta de Minho, asintiendo con la cabeza. "De acuerdo, si estás tan seguro, entonces veamos qué tan bien te desenvuelves en el pueblo".

Los dos se dirigieron juntos hacia la puerta, compartiendo una conversación ligera mientras se encaminaban hacia el pueblo.

Han y Minho caminaban por las calles del tranquilo pueblo, disfrutando del aire fresco de la mañana. Al llegar al cruce de caminos, Han se detuvo y miró a Minho.

"Voy a ir al mercado de Félix para comprar algunas verduras frescas. ¿Podrías encargarte de la carnicería? Está a unas dos cuadras al este", dijo Han, señalando en la dirección indicada.

Minho asintió con confianza. "No te preocupes, lo tengo todo bajo control. Puedo manejarlo, ¿sabes?"

Han le dio una mirada escéptica, pero finalmente suspiró. "Bueno, si estás tan seguro. Pero asegúrate de pedir lo que necesitamos, ¿de acuerdo? No quiero terminar con pollo cuando necesitamos carne de res".

Minho levantó las manos en un gesto de rendición. "¡Lo tengo! No te preocupes tanto, Han. Sé lo que estoy haciendo".

Aunque Han aún tenía algunas dudas, decidió confiar en Minho y le dio una palmadita en el hombro. "Está bien, te dejaré encargarte de eso entonces. Nos vemos en unos minutos en el mercado".

(...)

Han entró al mercado de Félix con una cesta en la mano, buscando los productos frescos que necesitaban para el desayuno. Mientras miraba los estantes, escuchó una voz familiar y se volteó para ver a Felix acercándose con una sonrisa amistosa.

"Hola, Han. ¿Qué te trae por aquí tan temprano?" preguntó Félix, con curiosidad evidente en su tono.

Han devolvió la sonrisa. "Oh, solo vengo a comprar algunas verduras frescas para el desayuno. ¿Y tú?"

Félix asintió. "Lo mismo de siempre. Pero espera, ¿Minho te acompañó hasta aquí?" inquirió, levantando una ceja con intriga.

Han asintió con cautela. "Sí, así es. Fue un poco inesperado, pero decidió venir conmigo".

Destinos Entrelazados  *Minsung*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora