Capítulo 4

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'•.¸.•'♥ C A P Í T U L O 4 ♥'•.¸.•'


Toji odiaba las reuniones con los altos mandos Zen'in tanto como ellos lo odiaban a él. Habían transcurrido un par de años desde que había regresado al clan, y debido a que había tomado el liderazgo por la fuerza, era obvio que muchos aún no eran capaces de aceptarlo.

No es que le interesase demasiado si lo apreciaban o no, la única razón por la que estaba intentando relacionarse con ellos era por Megumi, porque deseaba que su hijo tuviera la protección de la poderosa familia. Con su técnica maldita, él no tendría problemas para tomar el mando cuando fuese el momento. Además, era un tipo sensato, mucho más que él, y de seguro llevaría el clan por un mejor rumbo que el que habían tomado los anteriores viejos.

Dejó de pensar en ello cuando la discusión que estaba en curso terminó, y contuvo un suspiro al notar que ya no quedaban temas por tratar. Todos odiaban esas estúpidas reuniones, por eso se presentaban de forma esporádica, cuando las urgencias no se podían retrasar más. Debido a eso, tardaban horas y horas que se hacían interminables.

―Si ya no hay más que discutir... ―empezó Toji, aunque no pudo siquiera levantarse antes de que alguien lo detuviera.

―Toji-san, aún queda un tema importante del que hablar ―lo interrumpió Naoya.

Naoya parecía profesar algún tipo de admiración infantil por él. No le desagradaba del todo, pero en verdad era un dolor en el trasero cuando quería. Y casi siempre quería.

―¿Qué va a pasar con esas dos zorras que te atacaron? ―exigió saber―. Tengo entendido que siguen vivas.

Otra vez ese tema...

―No son zorras, son gatos ―dijo Toji, más para si mismo que para ellos―. Y no me atacaron. ¿De verdad crees que el líder de tu clan es tan débil?

―Es lamentable que defiendas a un par de mujerzuelas, ¿es qué no tienes orgullo? ―habló Jinichi, observándolo con ese gesto desagradable que siempre cargaba.

Su hermano le dirigía la palabra una vez al año, y siempre que lo hacía era para hablar pestes de él, así que no le extrañó.

―Bueno, es porque son hermosas y me pone de buen humor verlas ir de aquí para allá ―le respondió Toji con una sonrisa que lo hizo rabiar―. Tú, en cambio, ¿de qué me sirve tener que soportar tu horrible rostro cada que nos cruzamos?

Toji se levantó de un salto para evitar el puñetazo que su hermano le intento conectar. Atrapó su muñeca y lo jaló con fuerza para que su rostro quedase cerca del de él y mostrarle todos sus dientes en una sonrisa macabra.

―Quizá debería castigarte a ti por esa espantosa cara ―le escupió.

―Ustedes dos, ya basta. No es lugar para enfrentamientos innecesarios ―los regañó Ougi, su tío. Ambos hermanos se separaron observándose con desprecio. ―Y Toji, no es de nuestro interés las prostitutas que le regales a tu hijo, pero esa marca que llevas en la cara significa que alguna de las dos pudo herirte, lo cual es mucho decir ―advirtió severo―. Será mejor que les prestes más atención, recuerda que tú eres el líder ahora, y tus derrotas también son humillaciones para el clan.

―Es como dices, tío, no es de su interés ―respondió Toji, aunque en esa ocasión con un gesto serio, a lo que Ougi respondió con el ceño fruncido―. Esto no es una maldita democracia, si no les gusta cómo lidero el clan o las concesiones que les doy a mis protegidas, entonces intenten matarme y tomen mi lugar ―amenazó con sorna.

Traviesa gatita [ Toji / Megumi x tú | +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora