Capitulo XVI: El tren infinito.

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El tren mugen, uno de los trenes más grandes construidos en la era Taisho, con un tamaño tan grande que le terminó ganando el apodo de "el tren infinito". En esa noche fría y solitaria el tren avanzaba por sobre las vías metálicas a través de los campos desolados.

La chimenea del tren dejaba una enorme estela de humo mientras avanzaba, el metal respingada con el movimiento de las ruedas metálicas mientras el viento golpeaba el vehículo que iba a toda velocidad.

En la cola del tren iban los peculiares cazadores demonios quienes habían logrado abordar, después de unas palabras y admirar el paisaje decidieron entrar, akame deslizó con cuidado la puerta de madera hacia un lado abriéndose.

Los cuatro entraron al vagón captando la mirada de algunos pasajeros, los cuatro observaron maravillado el interior del tren que se conformaba por dos hileras de asientos colocados a cada lado del tren dejando un espacio en medio para poder caminar con rendijas para el equipaje colocados en la parte superior del vagón cerca al techo de metal.

Inosuke de inmediato por la emoción se pegó contra una de las ventanas viendo emocionado la velocidad a la que iban.

Inosuke: ¡¡¡JAJAJAJA QUE RÁPIDO!! -exclamó emocionado el cabeza de jabalí-

Zenitsu: ¡disculpenme por favor! -dijo apenado el rubio llendo donde su nakama quien reia emocionado- ¿que estas haciendo idiota? ¡Ven aquí! -reprendió apenado el rubio tomándolo de la cintura-

Los cuatro seguirán avanzando a través del vagón recorriendo maravillados ese vehículo en el que ahora se encontraban.

Akame veía sorprendido el gran espacio de los vagones, tenjiro ayudaba en lo que podía a lo pasajeros en cosas como subir su equipaje, mientras zenitsu arrastraba a inosuke sosteniéndolo de su pantalón.

Zenitsu: Es un pilar ¿verdad? -pregunto captando la atención de ambos- hablo de ese tal Rengoku, ustedes dos podrán reconocerlo en el tren ¿verdad? -pregunto a lo que tanjiro asintió-

Tanjiro: si, tiene un peinado muy extravagante y también recuerdo su olor -respondió seguro-

Akame: con ese cabello rubio con mechas rojas y ese haroi de llamas sería imposible no verlo -afirmó comiendo un par de dulces que había traído-

Tanjiro: hmp, tienes razón -asintió- yo les dire cuando lo vea -dijo sonriente-

Llegaron a la entrada del siguiente vagón, Tanjiro con cuidado deslizó la puerta de madera, y justo al momento un fuerte grito se oyó a través de ese vagón haciendo que los cuatro se estremecieran.

????: ¡¡UMAI!!

Sentado en uno de los asientos se encontraba un hombre joven de cabellera rubia con mechas rojas de aproximadamente 20 años aproximados, su uniforme cafe parecia de aspecto casi militar pero con ligeras variaciones denotandolo como un cazador de demonios, en sus hombros colgaba una capa blanca que poseia un patron de llamas rojas con un degradado de blanco- amarillo, sus cejas eran de color negro que eran acompañadas por unos ojos dorados como el oro, tambien llevaba un hakama atado a la altura de los tobillos con un par de telas que asemejaban al diseño de llamas que eran acompañadas por un calzado zori con las ataduras de color rojo y medias negras.

Ese era el pilar de llama Kyojuro Rengoku, quien en esos momentos con una sonrisa ferviente disfrutaba un bento con cada bocado que le daba.

Rengoku: ¡Umai! ¡Umai! ¡Umai! -gritaba con cada bocado-

Akame: creo que lo encontramos -murmuró algo desconcertada-

Rengoku: ¡¡UMAI!! -grito con tanta fuerza haciendo que los envases vacío de vento a sus lados se levantarán por un segundo para después caer perfectamente alineados como antes-

Akame en Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora