La muñeca de porcelana

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Harry Potter tiene una muñeca de porcelana.

Tan bonita y tan hermosa.

El día que fue entregada estaba envuelta en seda y algodón.

Harry Potter tiene una muñeca de porcelana.

Era tan alta que sobrepasaba la altura de su dueño, pero a Harry le gustaba así. Su estructura lánguida, sus líneas rectas y sus medidas exactas le daban un toque de elegancia.

A Harry le hacían recordar a alguien.

Harry Potter tiene una muñeca de porcelana.

Su piel de un tono blanquecino solo podía ser comparada con la blancura pura de la nieve que caía en los primeros días de invierno, tersa y perfecta. Harry la limpiaba todos los días con esmero ¡Ni una mota de polvo la podía ensuciar!

Harry Potter tiene una muñeca de porcelana.

Sus largos y lisos cabellos como el oro brillaban cuando Harry la sentaba en su silla frente a la ventana de la sala. A Harry le gustaba cepillarlos, lavarlos y los perfumada con fragancia de rosas blancas mientras los decoraba con joyas, lazos y trenzas.

Eran tan sedosos y ordenados que a Harry le daba envidia por sus cabellos revoltosos.

Harry Potter tiene una muñeca de porcelana.

Sus ojos de plata y diamante son hipnotizantes. Todas las tardes, justo antes que el sol se escondiera, Harry se sentaba frente a la muñeca y contemplaba sus ojos y por míseros segundos podía afirmar que cobraban vida.

Harry Potter tiene una muñeca de porcelana.

La vestía de seda, lino y encaje. En Grimmauld Place había una habitación que fue convertida en un armario y de sus percheros colgaban numerosas prendas que fueron hechas a la medida para la muñeca.

Los elfos son los encargados de cuidarlas y Harry era el encargado que todas las mañana, antes de ir a trabajar, en elegir la mejor combinación para vestir a su muñeca. Debía verse hermosa y etérea, las personas que la vieran debían quedar pasmados por su belleza.

Debía verse hermosa y deslumbrante. Al fin de cuentas, era lo más importante de la casa.

Harry Potter tiene una muñeca de porcelana.

La muñeca fue creada por artesanos expertos guiándose por una foto. No preguntaron quien era el joven, pero el amor que brillaba en los tristes ojos verdes les hizo saber que era especial.

Harry Potter tiene una muñeca de porcelana.

Una coraza sin corazón, que sin importar cuanto la abrazara por la noche su delicada piel no se calentaba con su cuerpo. Sin importar cuántos besos dejará en su mejillas, no se tornaban de un vivaz color rojo.

Harry Potter tiene una muñeca de porcelana

Una muñeca que con su apariencia fina, su vestimenta elegante y su fría actitud le hacían recordar un viejo amor.

La muñeca de porcelana de Harry Potter (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora