Era lunes por la mañana y para la señora Kim no había mejor manera de iniciar la semana que con un buen café, así que se dirigía camino a su cafetería favorita mientras reflexionaba en lo que había pasado unas horas atrás.
A decir verdad estaba muy inquieta, pues la noche anterior su hija se había portado demasiado extraño con una chica de la iglesia, en realidad, había notado comportamientos extraños en ella con varias chicas desde hace un tiempo atrás, pero la noche anterior simplemente la había perturbado, pues una de las muchachas de su iglesia recientemente se había cortado el cabello, y lo que al principio parecía ser simple admiración en los ojos de su hija al percibir ese cambio con los minutos se tornó extraño.
Al principio, cuando su hija notó el nuevo corte de Kim Minjeong no pudo evitar hacerle cumplidos, pues ahora llevaba el cabello por arriba de los hombros y con un bonito flequillo adornándole la frente, pero los cumplidos no fueron lo que desconcertaron a la señora Kim, sino las caricias que su hija dejó en el cuello de la chica con la excusa de que simplemente estaba tocando su cabello.
Lo peor de todo es que parecía que ni siquiera le importaba ser discimulada, pues estaba tan absorta acariciando a la contraria que no se daba cuenta de que los demás podían notar sus acciones hasta que ella intervino haciéndole tambien un cumplido al corte de la chica, quien pareció reaccionar y se apartó un poco de su hija.
Estuvo meditándolo toda la noche, Dahyun siempre era así cuando una chica daba vibras rudas, mujeres con abdominales y cabello corto parecían robar la completa atención de su hija y eso simplemente le preocupaba, toda la familia era religiosa, sus vecinos lo sabían, no podía permitir que su hija tuviera esa clase de tendencias sexuales, ¿qué diría la gente sobre su familia? ¿Qué dirían sobre su hija? Sería un completo desastre.
Sin embargo, tuvo que detener sus pensamientos al llegar a la entrada de la cafetería, entonces ordenó su café y esperó pacientemente por él.
Aquí estaba Momo, esa agradable muchacha que a su parecer preparaba los mejores cafés de la ciudad.
Una japonesa pelinegra que siempre atendía a todos con una amable sonrisa, a pesar de las largas horas de trabajo que debía cumplir para poder ayudar un poco a su familia.
La señora Kim sabía que esa chica se esforzaba demasiado y no recibía un pago justo, y a decir verdad, se sentía mal por ella, Momo merecía un mejor empleo, además, era bastante bonita que incluso podía llegar lejos trabajando como modelo o algo por el estilo, pero por desgracia estaba aquí, haciendo bebidas y panes todo el día como una máquina.
—Muchas gracias— La señora Kim agradeció para tomar el café que Momo le entregaba.
—No hay de qué, espero que tenga un día muy lindo— Momo le respondió sonriente regresando a su puesto para seguir preparando cafés.
Y con esto la señora Kim se dió vuelta con la intención de salir de ahí.
Realmente Momo le agradaba mucho, por suerte su hija no la conocía o de lo contrario ya estaría babeando por esa chica. Aunque...
—Oye, necesito hablar contigo— La señora Kim regresó hacia la barra al pensar en una idea un tanto descabellada.
—Dígame, señora Kim— Momo regresó su mirada a la mujer manteniendo esa amable sonrisa que la caracterizaba.
—Te tengo una propuesta de trabajo— Soltó la mayor con completa naturalidad.
Como si hubiera pensado esto a detalle.
Y los ojos de Momo brillaron ante eso, una propuesta de trabajo, eso implicaba ganar dinero y ella lo necesitaba con urgencia.
—Soy toda oídos— Habló la menor con esperanza de recibir esa oportunidad.
—Sé que sonará loco, pero necesito que conquistes a mi hija— Y la sonrisa de Momo desapareció.
—¿Qué? Pero yo no soy lesbiana— Momo parecía confundida ante eso, ¿qué tenía que ver una propuesta de trabajo con seducir a la hija de una de sus clientas más fieles?
—No te estoy pidiendo que te enamores de ella, solo quiero que intentes conquistarla.
—¿Pero para qué?— Momo seguía bastante confundida.
—Creo que le gustan las mujeres, pero no estoy muy segura, así que pensé que tal vez tú podrías ayudarme a descubrirlo.
—¿Y qué le hace creer que voy a gustarle? El hecho de que tal vez sea lesbiana no significa que vayan a gustarle todas las mujeres.
—Lo sé, pero creo que tú cumples con sus estándares— Soltó con sinceridad la mujer.
E inevitablemente Momo se sintió alagada.
Pero eso no significaba que iba a aceptar.
—¿No es eso un poco cruel? Quiero decir, si ella no le ha dicho nada es por algo y creo que debería respetarlo.
—Mira Momo, esto es solo una oferta de trabajo, no tienes que tomártelo personal, además, he dicho que voy a pagarte, ¿cuánto quieres?— La mayor parecía realmente desesperada.
Y Momo comenzó a preocuparse.
—No se trata solo de dinero, esto es algo difícil.
—Puedes tomarte el tiempo que necesites, yo no tengo problemas con el dinero.
Pero Momo sí los tenía, y esa era la única razón por la que seguía escuchando aquella descabellada idea.
—Pero, ¿cómo se supone que la conoceré, no voy a la escuela y me la paso todo el día trabajando aquí.
—Entonces deja la cafetería, te pagaré el doble de lo que ganas al día por verla solo un par de horas.
—No lo sé...— Momo estaba en un dilema, ella necesitaba el dinero y la señora Kim podía dárselo sin problema alguno, pero se sentía mal por la joven a la que engañaría, ella no era una mala persona, no sabía si sería capaz de hacer algo como eso.
—Y si la conquistas te pagaré el equivalente a dos meses de trabajo—Ofreció la mayor al ver a Momo dudar, y esta última no se pudo resistirse al escuchar aquello.
—Acepto— Soltó sin darle más vueltas al asunto.
—Bien, empiezas mañana— Habló la mujer con completa tranquilidad.
—¿¡qué!?— Y Momo entró en pánico al escucharlo.
—Ven a mi casa y actúa como mi asistente, yo trabajo desde casa así que puedes ayudarme a organizar algunas cosas, además me gusta mucho el café que preparas, puedes hacerme un poco— Momo rió ante eso —Te dejaré la mayor parte del tiempo libre para que te acerques a ella y no le parecerá extraño que te pague porque después de todo ante sus ojos tú serás solo mi asistente, ¿estamos de acuerdo?
Momo asintió.
—Bien, nos vemos mañana— La mujer estaba a punto de salir.
—Pero, ¿cómo sabré en dónde vive?— Preguntó Momo.
Entonces la señora Kim le entregó una tarjeta.
—Envíame un mensaje y te mandaré la dirección, te quiero ahí a primera hora del día.
Y con esto la mujer abandonó la cafetería dejando a Momo algo perpleja, ¿había tomado una buena decisión? No estaba segura, pero ella realmente necesitaba el trabajo, o lo que sea que fuera eso que había aceptado hacer.
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Conquista a mi hija || Dahmo
FanficLa señora Kim tenía dudas por resolver y Momo necesitaba dinero, ¿Qué tan mala idea sería ofrecerle dinero a Momo a cambio de seducir a su hija? Una historia en donde Dahyun crece entre una familia sumamente religiosa sabiendo que podría perderlo to...