𝐔𝐧 𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐑𝐞𝐚𝐥

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Vicerys se sentó en la cabecera de la mesa, mirando a su familia reunida a su alrededor. Había llegado el momento de tomar una decisión que uniría y fortalecería los lazos de su familia.

-Quiero anunciar algo importante esta noche -comenzó Vicerys, su voz resonando en la habitación.-He decidido que es hora de unir a nuestra familia como solían hacerlo nuestros ancestros.

Sus hijos y nietos intercambiaron miradas confundidas, sin saber a qué se refería su padre. Vicerys continuó:

-He decidido que mi hijo menor, Daeron, se casará con mi nieto, Joffrey.

Hubo un silencio tenso en la habitación mientras todos procesaban la noticia. Joffrey se levantó de su asiento, con una expresión de incredulidad en su rostro.

-¡No puedo casarme con mi tío! ¡Es una locura!

Daeron, por otro lado, permaneció en silencio, mirando a su padre con una mezcla de sorpresa y resignación. Sabía que no podía desafiar la voluntad de su padre, sin importar lo que pensara de la situación.

Vicerys miró a Joffrey con dureza.

-Es una decisión que he tomado y no será cuestionada. Este matrimonio unirá a nuestra familia.

Los murmullos comenzaron a extenderse por la mesa, con algunos miembros de la familia expresando su desaprobación. Pero Vicerys no se inmutó. Había tomado su decisión y no retrocedería.

La cena continuó en un ambiente tenso, con Joffrey evitando la mirada de su tío y Daeron tratando de ocultar su incomodidad. Al final de la noche, Vicerys se levantó de su asiento y anunció solemnemente.

-El matrimonio se llevará a cabo en un mes. No habrá más discusión al respecto.

Vicerys se disculpó con su familia por haberse ido de la cena. Su esposa, Alicent, lo ayudó a levantarse de la mesa y juntos se dirigieron a su habitación.

-Lo siento mucho, familia. No era mi intención abandonar la cena de esta manera -dijo Vicerys con pesar en su voz.

[...]

Vicerys suspiró y se sentó en el borde de la cama.

Alicent se sentó con firmeza en su cama, mirando fijamente a Vicerys con una expresión de incredulidad en su rostro.

-¿Cómo te atreves a sugerir tal unión, Vicerys? -preguntó con voz firme.-Es inmoral que un tío se case con su sobrino. ¡Es una aberración!

Vicerys, con su mirada fría y desafiante, respondió sin titubear.

-En nuestra familia, es tradición que nos casemos entre nosotros. No romperás este compromiso, Alicent. Daeron se casará con Joffrey, y así será.

Alicent se levantó de su cama, con los puños apretados y los ojos llenos de furia.

-¡No permitiré que mi hijo se case con tu nieto! ¡Es una locura, una vergüenza para nuestra familia!

Vicerys se puso de pie también, su voz resonando en la habitación.

-No tienes elección en este asunto, Alicent. La decisión está tomada y no habrá marcha atrás. Daeron y Joffrey se casarán, y eso es todo.

La tensión en la habitación era palpable, el aire cargado con la confrontación entre los dos miembros de la familia. Alicent sabía que no podía luchar contra la tradición arraigada en su linaje, pero se negaba a aceptarla.

-¡No permitiré que esto suceda! -gritó Alicent, con lágrimas en sus ojos.- ¡No puedo permitir que mi hijo se case con su propio sobrino! ¡Es una locura, una aberración!