Capítulo 5 Madre

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Han-Seo, ya se encontraba en su cuarto aguantando el dolor. al escuchar que cerraron la puerta principal, pensó que tal vez su hermano se fue. Tomó una toalla y entró al baño adolorido. Dejó caer agua tibia sobre su cuerpo lastimado, hacía una mueca de dolor al sentir como el agua caía en sus heridas.

Al terminar sale del baño con una toalla en la cintura, toma una camisa, al ponérsela hace una mueca de dolor ya que su espalda estaba demasiado lastimada. Al terminar sale de su casa para ir a la oficina donde pasa la mayoría de su tiempo desde que se volvió la marioneta de su "hermano".

.........

Seúl 10:00 Am

Vincenzo, se encontraba con el señor Hong, en el reclusorio de mujeres ya que la protegida del señor Hong se encontraba mal.

—¿Se encuentra bien?— preguntó el señor Hong. En ese momento llegó una enfermera.

—¿no tiene ningún familiar al que llamar?— preguntó la doctora lo que hizo que Vincenzo, se sintiera un poco incómodo.

La señora solo movió la cabeza con un gesto de "no".

—debieron ser ellos— dijo el señor Hong, refiriéndose a las personas que metieron a la señora ahí.

—estoy segura de que si— contesto la señora Oh-Gyeong, intentando levantarse de la camilla.

—quédese quieta, que no ve que no está bien— dijo Vincenzo casi a gritos. Al sentir las miradas de aquellas dos personas sale de la habitación.

Le dio un puñetazo a la pared ignorando el dolor y las lágrimas que estaban a punto derramarse.

6:30 PM

Vincenzo se encontraba acostado en su pequeña cama y una habitación que es demasiado incómoda para él. Con todo el estrés que tenía decidió ir a ejercitarse un poco, así que se fue al Gym, donde había ido la última vez.

Al llegar al Gym no había ni una sola gente ya que era demasiado tarde supongo o temprano. Se puso unos guantes y empezó a golpear una pera de boxeo con toda la fuerza que tenía.

Al escuchar que alguien caminaba dentro del Gym, dejó de golpear para ver quien era y se llevó una sorpresa al saber de dicha persona.

—¡pensé que nunca más nos volveríamos a encontrar!— dijo casi en voz alta atrayendo la atención de dicha persona.

Han-Seo, al escuchar la voz de Vincenzo, recordó todo lo que le dijo aquella noche antes de que se fueran a la habitación. Se puso tan rojo que el mayor se dio cuenta.

—¿qué pasa...acaso me vigilas?— preguntó Vincenzo, coqueto acercándose.

—¿Por qué tendría que vigilar a alguien que no existe para mí?— dijo Han-Seo dándole la espalda a Vincenzo.

—¡Es imposible que seas el presidente de Babel!— pensó Vincenzo, mirando de espaldas a Han-Seo. —bueno en ese caso, haré que creas en mi existencia de nuevo— dijo pasando una de sus manos en la cintura de Han-Seo.

—que...tratas de hacer— dijo Han-Seo, temblando de nervios sin darse la vuelta.

—Shhh...— dijo Vincenzo, apunto de besar el cuello de Han-Seo, pero este lo empuja.

—usted sí que es un maldito loco— dijo Han-Seo molesto.

—loco, pero te gusta— dijo Vincenzo con una sonrisa sarcástica. Han-Seo, sin decir nada más salió del Gym, ni siquiera pudo entrenar aunque solo sea un segundo.

Vincenzo se encontraba tomando afuera con el señor Hong, en un pequeño restaurante. —¿señor Cassano, usted tiene algún familiar aquí en Corea?— preguntó interesado el mayor.

No quiero ser tu hermano (vinseo x Hanseok) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora