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El pequeño consultorio estaba envuelto en una penumbra sombría, sus paredes desconchadas y desgastadas reflejaban décadas de abandono. El olor a desinfectante rancio se mezclaba con un aire de desesperanza que llenaba el ambiente, creando una atmósfera opresiva y cargada de ansiedad.

Jin se sentía atrapado en un mundo de pesadilla mientras esperaba en la sala de espera, con Jungkook a su lado, su presencia reconfortante como un rayo de luz en la oscuridad. Observó con angustia a su alrededor, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda al notar las miradas furtivas y los murmullos susurrados de los otros pacientes.

Cuando finalmente los llamaron, Jin se levantó con cautela, sus pasos resonando en el suelo de baldosas gastadas mientras seguía al médico hacia una habitación estrecha y mal iluminada. El eco de sus propios latidos resonaba en sus oídos mientras se sentaba en la silla, sintiendo una sensación de temor y desesperación que amenazaba con abrumarlo por completo.

El médico, un hombre de aspecto siniestro con una mirada fría y distante, comenzó a explicar el procedimiento con indiferencia, sus palabras carentes de compasión o empatía. Mientras tanto, Jin luchaba por contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse, sintiendo una mezcla de miedo y desesperación que le hacía temblar de pies a cabeza.

Fue entonces cuando Jungkook intervino, su voz firme y decidida resonando en la habitación mientras expresaba sus preocupaciones. Se negó a permitir que Jin se sometiera a un procedimiento en condiciones tan precarias, insistiendo en que buscaran otra alternativa, por más difícil que fuera.

Jin se aferró a las palabras de Jungkook como a un salvavidas en medio de una tormenta, sintiendo un destello de esperanza surgir en su corazón. Aunque sabía que el camino por delante sería difícil, también sabía que no estaría solo. Juntos, encontrarían una manera de superar este obstáculo y seguir adelante, juntos.

El sonido monótono del motor se mezclaba con el suave murmullo de la lluvia que golpeaba el parabrisas mientras Jungkook manejaba de regreso a la casa de Jin. En el interior del automóvil, reinaba un silencio incómodo, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Finalmente, Jungkook rompió el silencio, su voz tranquila resonando en la cabina del automóvil.

─ Lo siento mucho, Jin hyung -dijo Jungkook, su tono lleno de compasión-. No deberías tener que pasar por esto.

Jin suspiró pesadamente, sintiendo el peso de la frustración y la impotencia sobre sus hombros.

─ Es ridículo -murmuró Jin con amargura-. ¿Cómo pueden negarme algo tan importante solo porque no tengo una "razón suficiente"? Como si mi deseo de no querer traer un hijo no fuera suficiente.

Jungkook asintió con comprensión, su expresión seria mientras mantenía la mirada fija en la carretera mojada.

─ Es injusto -concordó Jungkook-. Pero no te preocupes, Jin hyung. Encontraremos una solución juntos. No estás solo en esto.

Jin asintió con agradecimiento, sintiendo un nudo en la garganta mientras luchaba por contener las lágrimas.

─ Gracias, Jungkook -susurró Jin, su voz apenas un murmullo-. Significa mucho para mí tener tu apoyo en esto.

El ambiente en la sala estaba tenso cuando Jungkook y Jin entraron. Namjoon estaba de pie, con los brazos cruzados sobre el pecho, su rostro mostraba una mezcla de preocupación y enfado. Sin mediar palabra, se abalanzó hacia Jin con una furia apenas contenida, sin darse cuenta de que Jungkook estaba presente.

El repentino embate de Namjoon tomó por sorpresa a Jin, quien retrocedió un paso instintivamente. Jungkook observó la escena con creciente preocupación, sin saber cómo intervenir en la situación. Namjoon, con la voz cargada de ira, reprendió a Jin por su decisión, calificándola de "asassinato".

The theacher|| Kookjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora