Un guerrero de corazón puro bondadoso que por razones del destino fue enviado a un mundo desconocido, ahora cumplirá un único objetivo, una razón para proteger la sonrisa de cierta chica rubia, sin embargo, no todo será color de rosas...
Esa terrible tensión se podía sentir en los alrededores y el viento era nulo en ese entorno donde estaban apunto de comenzar una batalla que pondría el destino de la vida en juego para esa realidad. Anteriormente, su batalla anterior había terminado y ahora, comenzaría una nueva.
Cualquier cosa podría pasar, los humanos, los seres vivos del cielo, del mar y de la tierra o incluso el mundo podría destruirse en un abrir y cerrar de ojos sin avisar ya que la muerte no perdona el tiempo y la edad cosa que podría suceder en cualquier momento.
Goku tenía a su enemigo hacia el frente de sus ojos y no podía bajar la guardia por el mero presentimiento de que si lo hacía podría recibir daño o solo se estaría confiando de su oponente aunque ese no era el caso porque no lo haría para proteger toda forma de vida existente.
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El hecho que quiera aceptar el usar todo su poder hacia que se volviera un asunto importantisimo y aunque jamás había usado todo su poder en este mundo lo hacía aún más impredecible porque no sabía si ese planeta resistiría como en en la tierra de su anterior mundo.
Mucho menos sabia con certeza si podría resistir el poder de 2 individuos con semejante poder igual.
La última vez que uso su máximo poder fue durante su inconsciencia en ese portal que lo llevó a un nuevo hogar, un hogar que lo recibieron amablemente.
Y ahora las cosas no podrían empeorar que gracias a el, solo queriendo entrenar porque quería hacerlo, trajo a un enemigo que no podía creerlo cuando lo vio por primera vez.
Evil Goku...
Evil no era como un enemigo cualquiera, el era un individuo algo particular porque a simple vista tenía el cuerpo de lo que una vez fue el Goku original, algo que paso una situación similar a la de Black Goku solo que... Evil tenía también su mente, el fue traído por la energía oscura del último Dios maligno, cosa que esa energía lograba poseer el cuerpo de cualquier ser vivo y volverlo completamente diferente.
NOTA: Esto visto en el capítulo 7.5
FIN DE NOTA
Lo único que pensaba Goku en ese momento era exterminarlo y proteger su mundo. Algo que pasó con algunos de sus enemigos que no podían redimirse por naturaleza y eran un grave peligro para sus seres queridos.
Pero el justo recordó...
( mis amigos siempre tenían la razón, soy un sujeto que siempre trae consigo a enemigos con malas intenciones y eso no lo puedo cambiar. No importa en dónde esté o en que planeta, siempre habrá alguien que quiera verme sufrir y hacer daño a inocentes ) - fueron los pensamientos de un Goku sin quitarle la vista a Evil.
Lo dicho era un hecho, siempre era así y eso no podía negarlo.
Muy en el fondo del Saiyan puro sentía temor, temor de perder a sus conocidos y personas que aprecia. Cosa que eso era uno de sus motivos y razones para proteger.
