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Un tintineo constante resonaba en sus oídos, imperceptible al primer instante pero insistente y perseverante, logró captar su atención a la realidad, sus párpados se despegaron lentamente, él ni siquiera recordaba haberlos cerrado en primer lugar.
Sus pupilas se contrajeron al primer chispaso de luz al que sus ojos recién abiertos tuvieron que adaptarse, aún en sus divagaciones de ensueño logró sentir una presión en su cabeza.
Unos débiles y suaves dedos cariñosos raspando la superficie de su cuero cabelludo, desenredando delicadamente sus plateados cabellos, emitiendo calor.
Permanecía aún en su letargo, disfrutando de la suave melodía de la que aún a su emisor desconocía, ah, aquello que lo despertó era eso, parecía una canción de cuna, le pareció angelical y digna de admirar.
Sin querer, su mente empezó a maquinar de regreso a la realidad, el estupor le invadió, se había dormido en medio de algo importante, algo de lo que aún era desconocedor pero sabía con certeza lo primordial de dicha actividad.
Agitado se despegó de la superficie en la cual reposaba su peso, una mesa, confundido trató de atar cabos.
De pronto la ausencia de aquel tacto, y de la cautivadora entonación, le llamó la atención, volteó rápidamente en un brusco movimiento hacía dónde pensó que provenía el suave tiento, encontró la estupefacción en un jovial y lozano rostro de suaves facciones.
Su ceño se frunció levemente por la confusión, en sus ojos expresó su estupefacción, conectó rápidamente con los orbes contrarios, analizando detalladamente a la muchacha.
Aquel desconcierto provocó en la joven un gesto de hilaridad, sus mejillas subiendo mientras de su boca una suave risa escapaba, sin poder ir muy lejos, ahogada en el dorso de su propia mano.
La reacción tan exaltada del muchacho le provocó mucha gracia, fue tierno e inocente.
Paró de reír cuando volvió a captar los brillantes ojos de Silver, le sonrió levemente transmitiendo timidez por su arrebato.
- ¿____...?- la pregunta por poco queda en el aire. Giró su cabeza tratando de localizarse en el lugar. Bajo la atenta y comprensiva mirada de la muchacha, rápidamente ubicó aquel sitio como su propia habitación, un chispaso le sobrevino pareció devolverle a sus memorias.
