𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒎𝒐𝒒𝒖𝒊𝒏𝒕𝒐.

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La comodidad del sofá y la dulzura de ese pay de limón con copos de merengue encima los motivaba a seguir apretados aunque hiciera calor. El aroma a pomarola casera se desvanecía lentamente gracias a las ventanas abiertas; Malcolm había considerado oportuno pasarse una buena parte de la tarde cocinando la salsa, albóndigas y fideos para celebrar su primer año de relación. Tenía que admitir, además, que aquello le resultaba más barato y acogedor que salir a comer alguna cena sosa a un restaurante mal calificado pero que de igual forma les cobraría carisimo.

—Vamos, dí "ah" —inquirió Bon, acercando un tenedor de postre cargado a la boca de su pareja. Era lo menos que podía hacer teniendo en cuenta que había devorado sin problemas dos platos de fideos.

El menor hizo caso, dejándose alimentar por el otro. Amaba esa clase de tartas y que su novio la haya comprado especialmente por ese día especial lo hacía aún más delicioso. —Te amo. —aseguró pataleando con sus pies descalzos sobre el sillón. Podían hacer practicamente lo que querían al estar solos totalmente; Angus se había ido a dormir con su novio y, por alguna razón, decidió llevarse a Molly con él.

—Yo también te amo. —puso una de sus manos sobre los muslos de su pareja. Contribuía bastante a su felicidad que usara por primera vez en varios meses una falda de jean únicamente para complacer su capricho.

—Eres más dulce que este pay —halagó el vocalista.

—Gracias, amorcito —le parecía que quizás estaba siendo muy meloso ese día, pero su alfa se merecía una gran cantidad de cariño.

El mayor dejó el plato vacio junto con el tenedor sobre la mesita ratona, procurando no manchar nada con los restos de merengue. Luego, se lanzó de inmediato a los brazos de su omega para besarlo de la forma más apasionada que conocía. Malcolm se dejó besar, disfrutando de la grata sensación de sentirse amado por ese hombre. Algo más de un año atrás no hubiese pensado que Bon terminaría siendo su pareja, y que además lo marcaría para enlazarlos de por vida.

—Veamos una película, quiero bajar un poco toda esta comida antes de que bebamos algunas cervezas. —habló el guitarrista al separase. Habían bebido refresco durante la cena, así que creía que a esa cita todavía le hacía falta algo de alcohol.

—Como tú digas, bebé. —contestó, levantándose un poco para tomar el control remoto y encender el televisor. El omega se acomodó y Scott pudo ver perfectamente sus bragas rojas. Intentó colar una de sus manos por debajo de la falda.

Young se apresuró a darle un pequeño golpe, provocando que el mayor quitara sus dedos de inmediato con una mueca de dolor. —Claro que no, hoy será romántico y tierno.

—Uhh, de acuerdo —se quedó en el molde lo mejor que pudo, aguantando las ganas de tocar a su novio.

El omega se levantó, corrió a la habitación, buscando una manta que le pertenecía y que amaba. Le gustaba mucho la idea de acurrucarse bajo esa frazada.

—¿No crees que hace demasiado calor para usar eso? —preguntó el de rulos mientras se quitaba sus zapatillas, así podría acurrucarse mejor en el sofá sin ensuciar nada.

—No te preocupes por eso. —encendió el ventilador de techo antes de saltar a un lado de su pareja. Se sentó de forma tal que estaba hecho casi una bolita tapado con esa frazada, esperaba por el abrazo de su novio.

Bon entendió que tenía que acercarse mucho más. Pudo percibir perfectamente el olor tan dulce que los envolvió, esa manta olía a frambuesas y chocolate con leche; sí, el exquisito aroma de ese lindo mecánico. Dejó salir sus feromonas tan imponentes para que se mezclaran con el ambiente.

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Las estrellas iluminaban tenuemente esa noche, las luces de la ciudad eran mucho más fuertes que los propios cuerpos celestes, o al menos así se percibía desde el balcón del departamento de los hermanos Young.

El viento de esa noche de verano golpeaba con suavidad a la pareja. Bon se dedicaba únicamente a observar la esbelta espalda de su novio desde la silla plegable de jardín, todavía le costaba creer que en serio era su omega. Sostenía una pequeña botella de cerveza barata desde el cuello; ya estaba a medio tomar y se iba calentando poco a poco, le daba igual porque no tenía la intención de acabarla. Tampoco tenía apuros en decir o hacer nada, no tenía ninguna necesidad que cubrir en ese momento.

Malcolm se encontraba apoyado sobre la baranda de metal. Su brazos derecho caía libremente al vacío antes del asfalto, entre los dedos mayor e índice de su mano un cigarrillo ardía y el humo subía despacio hasta el infinito del cielo nocturno. El guitarrista dio una calada que luego dejó salir unida a un suspiro.

—¿Vas a quedarte en ese trance toda la noche? —preguntó el menor, aunque en realidad lo correcto sería referirse a lo que quedaba la noche, puesto que ya pasaban de las dos de la mañana.

—Ven aquí. —palmeó su regazo, dejando luego la botella en el suelo. El omega no tardó en acudir a ese llamado, apagó el cigarrillo sobre la baranda y luego fue directo a las piernas del más alto. —Te amo.

—Yo también te amo. —tocó con cariño la punta de su nariz, dándole mimos sobre sus rizos luego. Se quedó allí un buen rato, no quería levantarse nunca más del regazo de su alfa.

Sin embargo, el cansancio eventualmente los pudo a los dos y decidieron prepararse para dormir. La cama de Malcolm parecía más cómoda todavía luego de un día de arduo trabajo.

—Creo que estaremos juntos de por vida. —afirmó el mayor en un suspiro agotado. Tenía a su novio recostado sobre su pecho, se ocupaba de darle caricias sobre su barbilla para oirlo ronronear de satisfacción.

—Eso espero, Bonnie. —se removió un poco, alcanzando la lámpara sobre su mesita de noche que seguía encendida.

—Será así, bebé. —besó su frente estando ya en una casi oscuridad, puesto que las persianas a medio cerrar dejaban que algo de luz externa ingresara a la habitación.—Descansa, te amo mucho.

—Yo también te amo. —lo abrazó con algo de fuerza, disfrutando del latir del corazón de ese hombre. Llegaba a sentir la respiración tranquila del más alto y el latir de su corazón que casi era como un arrullo para él. Se quedó dormido arropado entre el cariño y la ternura que le ofrecía un alfa con el que nunca imaginó que llegaría a tener algo, pero que se había vuelto el amor de su vida bastante rápido.

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fin❤️
perdón si el capítulo les resultó muy corto, sinceramente creo que es apropiado para terminar esta historia
gracias a todos x leer, este fanfic recibió mucho apoyo desde el principio y eso me hace saber que sí les gustó (。⁠◕⁠‿⁠◕⁠。)

tengo más contenido de AC/DC en mi perfil, vayan a darse una vuelta :)

saludos cordiales!
-palme

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𝑳𝒊𝒗𝒆 𝑾𝒊𝒓𝒆 ~ 𝑩𝒐𝒏 𝑺𝒄𝒐𝒕𝒕 𝒙 𝑴𝒂𝒍𝒄𝒐𝒍𝒎 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora