DEVIL'S KNOCKIN' AT MY DOOR

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-¡Jacky, escóndete en el armario, corre!- dijo la mujer aterrada.

-Mamá no...-

-Te prometo que todo va a ir bien Jacky, ya verás- dijo acariciando su cara.

Conway abrió los ojos sofocado, otra vez había vuelto a soñar con eso, "joder" pensó. Tenía 11 años cuando ocurrió aquel incidente y su mente se empeñaba en recordárselo cada puto día.

Miró el despertador, "las 6 de la mañana" dijo para si mismo, en una hora entraba a trabajar a ese bufete de abogados lleno de inútiles donde era el jefe, por suerte para él era viernes y podía perderlos de vista al menos un par de días.

Salió de casa en su coche, un precioso Audi R8 negro, para dirigirse a la oficina, siempre era el primero en llegar y el último en irse, le gustaba que todo estuviera perfecto y no toleraba los fallos, se le conocía como un hombre estricto, pero era el mejor en su trabajo y no iba a permitir que eso cambiara, tenía una reputación que mantener.

Pero al parecer el día de hoy tenía otros planes para él, el jodido coche empezó a fallar y terminó por detenerse a un lado de la carretera, "esto es increíble" pensó, se veía la molestia reflejada en su cara, tenía que ser una puta broma. Hoy no tenía tiempo para esto, tenía una reunión a primera hora, así que tuvo que llamar la grúa para que se llevara el coche al taller y un taxi para ir al trabajo, ya iría a recogerlo por la tarde cuando estuviera listo, al menos esperaba que en el taller tuvieran algún mecánico decente, ya había tenido suficientes desajustes por hoy.

Por suerte para él, el día avanzó sin más contratiempos y ya casi era hora de marcharse. Estaba sentado en la mesa de oficina de su despacho, terminando de preparar algunos papeles para el lunes, ya que tendría una reunión con unos clientes importantes.

-¿Qué pasa Conways?- dijo una voz abriendo la puerta sin llamar.

-Joder Henry, llama a la puta puerta antes entrar- 

Henry Williams, probablemente la única persona a la que podía llamar amigo, él único que le conocía realmente, con el que podía ser el mismo. Un tipo curioso, bastante excéntrico (aunque él no se quedaba atrás) y no sabe en que momento decidió dejarse esa horrible barba.

-Déjate de hostias Conways, tu y yo, hoy, salgamos a tomar algo, me tienes abandonado- dijo el de barba.

-¿A donde coño quieres ir?- respondió resoplando algo cansado.

-Al Tequila amigo, venga, una noche loca tu y yo- 

-Ni que tuviéramos 20 años Henry, además tengo que ir a recoger el puto coche al taller-

-Pues quedamos allí a las 11, nos tomamos unos whiskeys, venga Conways, quiero salir con mi amigo- pidió dándole un golpecito en el hombro.

-Venga vamos, pero sin liarla, que te conozco- 

-Allí nos vemos- dijo sonriendo mientras salía del despacho.

Las 7 de la tarde, llevaba casi 12 horas trabajando, ser el jefe a veces exigía eso, aunque también era un jodido adicto al trabajo, no iba a mentir, se pasaba los días metido en la oficina. Apagó el ordenador y dejó todo ordenado antes de salir en dirección al taller, tendría que pedir un taxi otra vez.

Entró por la puerta del taller, no parecía haber nadie.

-¿Hola?- preguntó en voz alta.

Nadie contestó así que decidió entrar a ver si veía a alguien. Conocía al dueño del taller, no se podía decir que fueran grandes amigos, quizás ni siquiera amigos, su relación era complicada, pero siempre le arreglaban el coche de manera eficiente.

-¿Qué pasa neno?- dijo una voz burlona a su espalda.

-¿Cómo que "neno"? Yo no soy tu puto coleguita, para ti soy Conway o señor- 

-Bueno, tranquilo pavo, ¿Qué buscas?- siguió riéndose.

Empezaba a caerle mal este tío, no le gustaba la gente que se tomaba tantas confianzas con él y menos sin conocerlo, pero iba a dejarlo pasar porque quería llevarse su puto coche de una vez.

-¿No está tu jefe?- preguntó Conway con impaciencia.

-No, Armandiño no está hoy, así que voy a tener que valerte yo-

-Joder... en fin, vengo a por mi puto coche, el R8-

Freddy Trucazo, mecánico desde los 16 años, la vida no había sido especialmente agradecida con él, tuvo que empezar a trabajar desde muy joven para poder sobrevivir y ayudar a su familia, su hermano, lo único que le importaba en esta vida. No era un tipo que soportara a la gente que se creía superior a él, le tocaba bastante los cojones que trataran de darle ordenes, ese tipo de personas solían caerle mal al instante y disfrutaba de vacilarlas.

-No está listo todavía pavo, tenía más cosas de las que pensaba- dijo caminando hasta el coche y mirando el motor.

-¿Que cojones me estás contando? Tu jefe siempre me repara el coche en un día- escupió con cierto tono de molestia.

 A Conway se le empezaba a hinchar la vena e la frente, ya había tenido suficiente hoy y aun encima este tío pretendía tomarle el pelo.

-Me parece muy bien neno, pero si no tengo las piezas no puedo arreglarlo, fin- dijo sin mirarle a la cara.

-Escúchame bien "neno", primero, deja de llamarme así, ya te dije que no soy tu puto colega y segundo, no intentes jugar conmigo ni vacilarme, necesito el coche y lo necesito ahora-

-Y ya te dije que no tengo las putas piezas y hoy no puede ser, así que no me toques los cojones ni vayas de Don importante porque me importa una mierda pavo, a mi el clasismo me come los huevos-

Y hasta ahí llegó la paciencia de Conway que fue hacía él y le sujetó por el cuello del mono de trabajo.











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⏰ Última actualización: Mar 20 ⏰

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