once.

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advertencia: contenido sexual explícito.
asfixia, beso negro y saliva como lubricante.

pueden NO leer este capítulo si quieren, no afecta a la historia.

ambos se besan con fuerza, devorando la boca del otro con desesperación. sus respiraciones agitadas se mezclan entre sí al igual que su saliva.

siente las manos grandes del pelinegro tirando de su camisa, por lo que se separan momentáneamente para poder despejarse de la molesta tela. en cuanto se encuentra con el pecho y estómago desnudos, el otro en la habitación lo empuja contra el colchón con fuerza.

con su cuello expuesto solo para él, blas se acerca con impaciencia para besar su piel con besos exigentes. pero pronto aquellos besos se transforman en succiones y mordiscos.

el pelinegro lo recorre lentamente desde su estómago hasta su pecho con su mano derecha, tomando uno de sus pezones entre sus dedos índice y pulgar. aprieta la pequeña protuberancia entre sus dedos, obligándolo a dejar salir un gemido necesitado.

el otro separa más sus piernas con ayuda de su rodilla, acomodándose bien entre medio de ellas.

una mezcla entre un gemido y un grito se le escapa cuando siente la lengua ajena sobre su pecho agitado, recorriendo su piel caliente antes de finalmente terminar en su pezon derecho. la boca del pelinegro rodea su protuberancia, lamiendo y succionando.

—b-blas...—jadea bajo, llevando una de sus manos hacia el cabello oscuro y enrulado del más alto. su otra mano aprieta con fuerza las sábanas blancas debajo de su cuerpo ante la sensación. 

el más alto succiona con fuerza, deleitándose con sus gemidos temblorosos.

y cuando se aparta, sopla sobre su protuberancia húmeda por la saliva, ganándose un tirón de pelo particularmente fuerte en respuesta.

lentamente el pelinegro baja sus manos hábiles por su cuerpo débil, hacia los bordes de su pantalón.

—me encanta escucharte gemir...—blas susurra mientras lo mira.—pero vas a tener que ser más silencioso o nos van a escuchar.

en cuanto asiente con su cabeza para hacerlo saber que lo escuchó, el más alto baja sus pantalones junto a su ropa interior. una ola de vergüenza lo golpea, siendo consciente de que es el único completamente desnudo en la habitación.

—date la vuelta.—ordena el pelinegro. 

y torpemente hace lo que le ordenan, apoyándose sobre el colchón con sus manos y rodillas.

ve como el otro toma una de las almohadas y la coloca debajo de sus caderas, levantando su culo. traga saliva al saber lo que el menor está apunto de hacer, sintiéndose ansioso.

—relajate...

se arquea sobre la cama al sentir una de las manos ajenas acariciar su espalda con cuidado, buscando relajarlo.

ya ha hecho esto antes, demasiadas veces, pero es inevitable para él no sentirse así cuando es blas con quien se encuentra.

y antes de poder pensarlo demasiado, las manos del más alto aprietan la carne de su culo con fascinación; separando sus nalgas y hundiendo su cara. la lengua del otro recorre los bordes de su agujero antes de empujar dentro, provocando un temblor brusco en su cuerpo. muerde su labio inferior con fuerza, desesperado por no dejar salir ningún ruido que pueda delatarlos.

tensión ; juan x blas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora