METANOIA | Percy Jackson

𝕾𝖔𝖇𝖗𝖊𝖛𝖎𝖛𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊

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TW: mención de temas sensibles. 

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C H A R L I E

NO FUE TAN DIFÍCIL COMO PENSABAMOS. Los gritos y la desbrozadora fueron de ayuda.

Habíamos llevado forros polares ligeros con las provisiones, de modo que no abrigamos contra la fría lluvia y recorrimos varias manzanas por las calles casi desiertas. Había puesto un hechizo de calefacción en cada uno de nosotros y cada que una corriente fría nos pegaba, Percy me escondía en su pecho y me protegía con su cuerpo. Frank había conseguido un par se paraguas que nos dio a Hazel y a mí. Esa vez deje todas las provisiones (incluyendo el bonito bolso nuevo de Percy) dentro de mi mochila, que cargaba Frank.

Vimos tráfico de bicicletas y a unos cuantos mendigos acurrucados en portales, pero la mayoría de los ciudadanos de Portland parecían estar en sus casas.

En algún universo alterno pudimos ser dos parejas caminando tranquilamente por las calles de Portland en un viaje. Hazel y yo éramos mejores amigas y Frank y Percy se había hecho amigos gracias a nosotros. ¿Quién sabe? Quizás en otro podíamos ser agentes secretos o espías en cubierto.

Necesitaba dormir.

Mientras avanzábamos por Glisan Street, Percy miraba con anhelo a la gente que tomaba café y pastas en las cafeterías. No lo juzgaba, estaba peor. La bebé peleaba dentro de mí por un chocolate caliente, pero hacía lo imposible para no demostrar el gran antojo que tenía. Ya era demasiado tiempo perdido tener que hacer paradas para que pudiera ir al baño, vomitar, descansar o simplemente tomar mis medicamentos.

Percy jaló de mi brazo a una voz calle abajo gritando: ¡JA! ¡CHUPÉNSE ESA, ESTÚPIDAS GALLINAS!, seguida del ruido de un pequeño motor y muchos graznidos.

Traté de ignorar el cosquilleo que me provocó sentir su piel caliente en contacto con mi muñeca fría. Miré las venas que se formaban en sus antebrazos sin esfuerzo y como sus dedos rodeaban mi piel sin esfuerzo. Tenía claro que rodeaba mis manos con solo una mano suya. Lo sabía muy... bien.

Intenté soltarme, no era momento para alterarme, sin embargo, Percy tomo mi mano como si tratara de una niña caprichosa y me sostuvo sin oportunidad de huir. Pasó nuestras manos unidas por mi hombro, abrazándome por el cuello.

— ¿Creen que...? —preguntó.

— Probablemente —convino Frank, mirando la unión de nuestras extremidades y lanzándome una mirada de "¿No qué era enemigo?". Aunque no pudo ocultar la sonrisa emocionada que aplastó sus mejillas regordetas.

Tenía una fascinación con el chico. Era tan inocente y bueno que ganó mi corazón demasiado rápido. No resistí a sus ojos llorosos cuando llegó al campamento y como se aferró a mí llorando desconsolado por la muerte de su madre. Se volvió mi protegido de inmediato y, por consiguiente, mi favorito de la cohorte.

No era un secreto. Si se metían con Frank, se metían conmigo. Y nadie era tonto como para meterse conmigo.

Hazel por otro lado, la tuvo difícil para ganar mi confianza. Ella trabajó duró para que la notara, o eso creyó. Yo vi su chispa desde el momento que Nico la trajo, con una mirada asombrada como si fuera de otra época y con lo ojo brillando de valentía. Siempre destacaba de alguna manera, buena o mala, pero sabía hacer las cosas.