Lograron salir al haberse retirado el mar de gente, Eris tomó la delantera dejando a un curioso Silas detrás de ella. Abriendo varias oficinas, encontraron la que necesitaba, entraron cerrando ventanas y puertas.
Rellish abrió cajones hasta encontrar el correcto, leyó y al estar lista vio a su compañero. Su mirada no era humana pensó Silas viendo la pupila de ella cambiar.
-¡Quiero un trato!- sin rodeos quemó el archivo, el hombre lobo lo tomó como traición listo para atacar, Eris no se dejaría golpear. -¡Te ayudaré si me juras lealtad!-
-¡Perra mentirosa!- esquivo una silla que iba directo hasta ella. El estruendo llamaría la atención de los aurores.
-¡Pido tu lealtad, ser parte de la manada!- no supo con que fuerza pero logró retenerlo contra el escritorio -¡Sigueme y juro que no los verán como bestias, recuperarán sus estatus y hogares!-
-¿Que tramas?-
-Solo confía en mi-
Bajaron a una parte muy húmeda y fría. Ningún ser vivo había bajado por mucho tiempo, escucharon los gemidos de algo, corrieron y Silas sonrió al ver a sus hermanos y hermanas.
Intento abrir fallando, Rellish uso su mano y una pequeña explosión se escuchó la puerta pesada cayó. Lo que parecía ser un grupo de personas encadenadas y en un muy mal estado. Las liberaron una por una, temerosos ese grupo miraba a la bruja con recelo, esta se dirigió a Silas y este sabia lo que ocurriría después.
-Es una de nostros-
-¿De que hablas?- una mujer se acercó hasta la bruja olfateandola -No ha sido mordida-
Eris con respeto se acercó a la mujer, veía a Silas, atenta a todo a su alrededor. Trato de explicar, en ese instante una mirada tan espeluznantes estaba atenta a ella, aparte del grupo se encontraba un hombre inmóvil en la parte más oscura de la celda.
-Greyback- gruño el líder, trato de apartar a la peliblanca. Asombrado vio como esta se dirigía a la celda, con una mirada de seguridad Eris rompió la puerta entrando. Estaba dispuesta a todo, la puerta volvió a su lugar como si no hubiera pasado nada.
El gran hombre intimidante captó su olor, la seguí con la mirada y una sonrisa inquietante. Eris no le daba la espalda en ningún momento, repitió una y otra vez para que los demás no se interpusieron en su plan. Había oído del desquiciado hombre lobo que mordía niños por diversión.
-¿Fenrir Greyback?- se acercó con cuidado, no sabía la hora, estaba apostando lo que era por una estrategia que si cometía algún error provocaría su muerte inmediata o un destino peor.
-Una sangre pura- su voz gruesa le dio escalofríos por todo el cuerpo -Y no cualquiera, ¿dime te diviertes jugando con los hombre lobo?- comenzo a reír viendo a los demás.
-De hecho quiero que tú seas mi perro guardián- no tembló al verlo cambiar de expresión, tampoco se inmutó al sentir el peso de él presionandola con fuerza en el frío suelo.
-¡Eres realmente estupida!- hundió su cabeza en el cuello de la mujer oliendo su esencia, Rellish sintió el deseo del hombre, poniéndola pálida. Totalmente fuera de si paso sus brazos por el cuello de este acercandolo hasta su rostro.
-Eres un monstruo, se que odias a los magos y brujas- acarició su sucia cara dejándolo levemente quieto. Funcionaba lo que estaba haciendo, debido a que pudo salir de la posición en que la mantenía, de pie viéndolo le extendió la mano -Ignorare todo lo que hiciste- cerró los ojos, esto era otro nivel para ella. Tener a semejante ser cerca -Se mi perro guardian- su mirada gris estaba atenta a ella.
El tiempo se había acabado, cuando Fenrir estaba por decir algo lo vio en la agonía de la transformación. Sudando del miedo veía que estaba rodeada de hombres y mujeres lobo, las alarmas comenzaron a sonar, un gruñido detrás de su espalda la saco de su aturdimiento, se transformó mordiendo sin abrir la piel de Greyback. En esta forma era más grande y más ágil.
El espacio era pequeño para poder pelear bien, rodaron lastimando se con la pared. Ninguno dejaba de atacar, en un descuido Fenrir alcanzó a golpearla en el costado, dejó de respirar al sentir como sus costillas amortiguador el impacto, aturdido intento levantarse de la pared. Volvió a ser humana cuando el agotamiento comenzó y el dolor punzante en su brazo izquierdo. Un gran corte profundo daba camino a su sangre.
Fenrir arremetió impactando su cabeza en el suelo, iba a matarla. Silas aullo y gruño tratando de derribar la puerta con sus patas, con una mirada inyectada en sangre dispuesto a matar a Fenrir.
Eris captó como Greyback parecía distraído por algo, como señal divina entendió la fuente. Grito aún más al abrir aquella herida para que más sangre saliera, en una oportunidad llevo aquel líquido al hocico del hombre lobo. Aquella mirada cambio al instante por el delicioso sabor, sintió tanto placer con tan poco.
-¡Quieto!- sonó tonto gritar esa orden, aunque con asombró aquel ser retrocedió captando lo que la peliblanca ordeno. Titubeante se levantó con ayuda de la pared, tenía una mano en sus costillas -¡No te muevas!-
Controlar era un gran logro, sin embargo, tenía que probar su descubrimiento con los demás. Sintiendo el material de la puerta la apartó cerrando los ojos y entregándose a su suerte.
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.