Finalmente el pequeño rubio tenía 3 años y 5 meses, había crecido para ser un niño travieso y curioso, inseparable de su pequeño gato, juntos iban y venían, pero eran de personalidades distintas, Gustabo era activo, alegre y amoroso, el gato era apático, agresivo y perezoso, por lo que el pequeño niño siempre se ganaba un arañazo o una mordida debido a su inquietud por acariciar o cargar al felino negro; Conway estaba en desacuerdo con seguir teniendo como mascota al animalito, pero Gustabo se negaba a soltarlo aún si resultará lastimado tantas veces, aquello incluso era preocupante.
Con el crecimiento de Gustabo, ambos padres tuvieron que soportar muchas cosas y sobre todo rabietas, la primera de la semana, fue cuando el pequeño rubio no quería ducharse y ambos hombres, agentes de la CIA, expertos en misiones de campo y ex militares, no podían atrapar a un pequeño niño desnudo corriendo por todo el departamento.
—¡Gustabo me cago en tu puta madre! ¡Ven aquí! ¡Freddy va hacia la cocina!
—¡A donde vas neno!
Gustabo no lo iba a dejar fácil y aunque tuviera la pequeña tula de fuera, eso no era impedimento para huir y saltar sobre los sillones si era necesario. Freddy y Conway habían cometido un error, jugar con Gustabo a ser policías, le habían enseñado verdaderas tácticas operativas y ahora el pequeño infante era un peligro con una pistola de agua y saber en dónde esconderse y como despistar a ambos mayores; estaba escondido tras la isla de la cocina y Conway camino sigilosamente para atraparlo, sus pies descalzos pisaron el suelo mojado y resbaló hasta caer de trasero.
—¡Ja! Te atrapé.—Gustabo salió de su escondite apuntando a un Conway enfadado, comenzó a disparar el agua y reír.
—¡Gustabo! ¡El traje!
Pero había bajado la guardia, porque Freddy lo intercepto y lo tomo en brazos para levantarlo.—No cuidaste tus espaldas, ahora a bañarse que apestas a niño muerto.
—¡No! ¡No quiero!
—Vamos a ver pequeño pavito, no puedes ir por toda la puta casa con la picha de fuera, ¿Oíste? Imagínate si alguien te ve o Don gato te muerde.
Gustabo comenzó a llorar y es que ya era demasiado tarde para quejarse, ya estaba dentro de la tina, obligado y humillado, Conway solo miraba la lucha de Freddy por no arrancarse la cabeza y controlar a Gustabo, quien pataleaba, lloraba y gritaba, se cruzó de brazos y se recargo en el marco de la puerta, adoraba esa paciencia que fue construyendo con el paso del tiempo, ya era su turno de lidiar con ese pequeño demonio andante.
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La segunda rabieta realmente no la esperaba, Gustabo a veces podía ser despreocupado, pero hubo una ocasión en especial en donde era el turno de Conway para ir a trabajar y Freddy tenía que quedarse a cuidar de él, pero ese día en específico, Gustabo se había despertado muy amoroso con papá Jack y cuando fue la hora de irse, se aferró a su pierna con fuerza y comenzó a llorar.
—¡No te vayas papá!
—Gustabo, volveré más tarde, ¿Podrías soltarme?
—¡No! No me dejes aquí solo. . .
—Estarás con Freddy y ese gato de mierda, ¡Sueltame!
Gustabo negó y se aferró aún más a la pierna de su padre. —¡Llévame contigo!
Conway soltó un suspiro y miro a Freddy quien tampoco sabía que hacer, viró los ojos y se inclinó para tomarlo en brazos y abrazarlo. —Gustabo, no puedo llevarte conmigo, pero te prometo que volveré.
Gustabo intento controlar su llanto mientras se aferraba al abrazo. —Quédate papá Jack. . .
Conway acarició su espalda para intentar consolarlo, su pecho se estrujó y fue débil, muy, muy débil y sonrió. —No me iré, me quedo contigo.
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Misión de padres | FREDDWAY | Finalizada
FanfictionFreddy y Conway enfrentarán la misión más difícil de sus vidas cuando deciden quedarse como tutores legales de un pequeño bebé rubio. Historia cortita (creo)