La marca de los mortífagos ardía, varios sabían el porque del llamado. En toda la sociedad mágica se hablaba de una gran fuga en el Ministerio, en los salones se encontraba un muy molesto Tom.
Aquel acontecimiento dejaba en las sombras todo lo que había alcanzado, esta amenaza era más grande. A su alrededor Nagini se arrastraba intimidando a los que llegaban puntuales a la reunión.
Lucius fue de los primeros, el hombre parecía nervioso e inquieto. Las sillas comenzaron a llenarse, justo cuando entraba Severus y Liana las puertas se cerraban con un gran puertazo. Sin provocación alguna el mago tenebroso comenzo a maldecir una y otra vez a quien el quisiera.
Sus seguidores lo miraban con miedo profundo, trataban de apartarse discretamente ganándose el puesto de sus nuevos objetivos. Los únicos que se mantenían sentados muy quietos eran los Rellish, miraban el material de la mesa negra sin parpadear a su lado Nissa ocultando desesperada su llanto por su amita.
-¡Idiotas!- gritaba frustrado, se dejó caer en su silla. Él quería todo a su favor, en orden sin errores. Lo único que obtenía era un ataque al Ministerio de un desconocido y la pérdida de la peliblanca. Con rabia quebró el cristal de las ventanas, como lluvia caían los fragmentos, por suerte alcanzaron a cubrirse con un hechizo protector.
-¡Mi señor, no hubieron bajas en el Ministerio, el atacante no se compara con nosotros!- fue lo último que dijo ese hombre, aquellas palabras desesperaron tanto a Tom que le lanzó la maldición asesina.
-Cometelo Nagini-
Liana asustada tomó del brazo a Severus tratando de ocultarse detrás del hombre. La mirada que menos querían se poso en ellos.
-¡Obtuvieron alguna respuesta de Rellish!- por unos segundos ninguno de los dos hablo, Liana temblaba detrás de Severus. Este calmo su corazón caminando hasta el mago.
-No, hubieron algunos problemas que nos impidieron estar muy cerca del departamento de registro-
Tom se levantó, Snape retrocedió alarmado al ver aquella varita apuntar a su corazón.
Justo en ese instante el hechizo fue desviado, rebotando en la mesa hasta el techo. Laian sintió desmayarse por la aparición.
Entre ambos hombres apareció una mujer pálida, con las ropas sucias y el cabello teñido por sangre en la parte de atrás. La manga de la parte superior estaba rota dando lugar a un gran herida la cual la sangre comenzaba a secarse.
Eris con la frente en alto no apartó la mirada de Tom, la postura hacia que el dolor en sus costillas fuera agonizante más no se quebró.
-Estoy cansada de ser tu aprendiz- sonriendo saco su varita transformándola en una navaja muy afilada empujó a Tom. Llevo el arma hasta su cuello hiriéndolo levemente, quería divertirse más sino fuera por el agarre de Nagini en su cuello apretandolo más y más.
Asmodeus más grande e intimidante mantenía a los demás a raya.
-Ten... ten.... tendras que ver... me como tú.. igual- reía a pesar de la falta de aire en sus pulmones -Me.. en... enseñas... te mu... muy bien...Ttt... om- su rostro enrojecia. Se quitó de encima del mago impactado por tal agresividad por parte de ella. -Misión cumplida Tom-
El nombrado estaba por tomarla y torturarla, como se atrevía a humillar lo a él. Estaba dispuesta a demostrar su poder, rápidamente sus seguidores levantaron sus varitas contra la peliblanca a excepción de seis personas.
Varios aullidos se escucharon en la propiedad, los mortífagos que vigilaban los alrededores corrían entrando a la reunión.
-¡Hombes lobos!-
-¡Son muchos!-
Entraron destrozando las puertas, el grupo de magos y brujas se juntaron con las varitas temblando. Del miedo ninguno pronunciaba hechizo alguno, dos hombres lobos iban directo hasta Severus y Liana.
La pelirroja no podía apartar la mirada de los colmillos de esas bestias. Al estar a punto de saltar una voz firme sonó.
-¡Silas!- camino dismulando su dolor -¡Fenrir!- quedo frente a sus aliados en sus formas espeluznantes -Asustan a sus alfintriones- paso la mano por el pelaje y falta de este por la espalda de Greyback sacándole un gruñido.
Volteo a ver a Tom.
-Mis amigos quieren quedarse a mi lado- se acerco hasta su oído -Disfrutamos mientras seas mi aliado- beso su mejilla. La manada no espero a que ella diera la orden comenzaron a salir junto a ella.
Nissan corrió hasta su amita tomándola de su ropa. Eris paró adolorida, harto de sonreírle.
-No haga más eso amita, Nissa ya no puede llorar más a Nissan le duele pensar que ha perdido a su amita-
-Perdoname Nissa- la tomó de la mano con gentileza. -Liana me alegro que estes sana y salva- Liana se atraganto al escuchar a Rellish dirigirse a ella sin voltear a verla. -Descuida podrás pagarme tu deuda muy pronto-
Salió respirando hondo para no desmayarse, Silas tenía las orejas atrás preocupado. En su interior juró jamás mencionar lo que su sangre podía realizar con seres como estos que la seguían.
No ere momento de descansar, tenía que llevarlos a un lugar apto para su condición, donde pudieran ser libres. Más a aquella mujer especial que era su prioridad, adaptaría una habitación para ella y el bebé.
Sonrió con nostalgia al recordar a la muggle.
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.