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La diferencia entre Alfas y Omegas siempre ha estado bien marcada, teniendo a los primeros como los más importantes y a los segundos como las simples creaturas que se deben de ocupar de sus hijos y nada más.

Pero eso ha cambiado con el paso de los años, poco a poco se ha luchado por qué se reconozca más a los Omegas como personas y no como objetos sexuales para los Alfas. Tanta ha sido la lucha que los omegas habían logrado llegar a la máxima categoría del automovilismo, la Fórmula 1.

Pero a pesar de esto la FIA no estaba muy contenta de ver a omegas correr aquellos autos, por lo que con el paso de las temporadas iban implementando reglas especialmente para los Omegas.

Una de ellas, y la que más perjudicaba a los Omegas era el uso de supresores. Se supone que estos tenían que tomarlos diariamente para que sus feromonas no pusieran en riesgo el rendimiento de los alfas con los que trabajaban, tanto ingenieros como su compañero, ya que una escudería no podía tener dos omegas como pilotos.

El uso constante de los supresores era algo que detestaban los omegas, pero no podían hacer mucho ya que era eso o no correr. Pero lo que la FIA no comprendía, a pesar de que muchos expertos en la salud les advirtieron, es que el usar tanto los supresores podía perjudicar a los Omegas de manera irreversible.

Uno de los tantos problemas que causaron los supresores es en el celo de los omegas. Que se volvían más irregulares con cada celo que pasaban. Llegando muchos omegas a tener la sorpresa de que su celo llegue en semana de carrera o, para un omega en específico, en mitad de las pruebas pre-temporada.





Aquel día no iba como a Sergio le hubiera gustado, parecía que con cada minuto que pasaba la cosa iba empeorando.

Al despertar su cuerpo se había sentido algo extraño, sentía que no había podido descansar ni un solo minuto en la noche, su cuerpo se sentía extraño, lento, pesado y caliente. Pero lo último lo había atribuido a que ese día en especial el clima estaba de más caluroso.

Durante la sesión todo fue peor, el carro había tenido algunos problemas que le recordaban a Sergio la mala suerte que tuvo durante la temporada pasada. Pero eso no era todo, en la segunda sesión todo fue mejor, estaba teniendo mejores tiempos de lo que esperaba, todo parecía ir mejor.

Pero en el momento en el que sintió como su entrada secretaba aquel líquido que reconocía muy bien, sabía que todo acabaría mal.

De repente fue consciente de que su cuerpo se sentía caliente, más caliente de lo que se supone que se tenía que sentir, como su respiración estaba agitada y, sobre todo, las repentinas ganas de tener sexo.

A pesar de que su celo había comenzado no podía retirarse, no en ese momento que sus tiempos estaban mejorando como por milagro.

Como pudo termino la sesión de prácticas. Saliendo del monoplaza pudo ver como muchos notaron de más su olor, tenia que salir de ahí de inmediato.

Dio una excusa rápida que estaba seguro de que nadie se creía, pero tenía que salir de ahí rápido.

Salió corriendo del garaje como si fuera un maratón. Iba tan concentrado en llegar al carro que le era designado que no se dio cuenta que choco con cierto piloto, que al sentir el olor de Sergio supo que estaba en problemas.

Por suerte para Sergio, el hotel en donde se hospedaban no estaba tan lejos del circuito. Al llegar también comenzó a correr hacia dentro del hotel, pero se sentía notablemente más cansado.

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