18. ⏳ girasoles (pero no los de van gogh)

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CAPÍTULO DIECIOCHO:
girasoles (pero no los de
van gogh)

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Ámsterdam, 2020

Desayunaron tranquilamente, Aurelia estaba descansada porque ya había visitado el museo de Van Gogh que era una de las cosas más importantes de su bucket list. Ahora no podía esperar para ir a Venecia, porque aunque no hubiera muchos museos de arte, Aurelia veía a Venecia como una obra de arte pura. Solo la ciudad era digna de museo.

Intentaba olvidarse del tema de su madre lo máximo posible, a veces pensaba que Enzo estaba más preocupado por ello que ella, porque lo pillaba intentando sacar ese tema sutilmente, aunque ella se diera cuenta y cambiara de tema al momento.

Aurelia llevaba tanto tiempo sintiéndose culpable que tras aquella noticia nada cambió en su forma de vida. No le apetecía ir a visitarla, y mucho menos cuidar de ella. No le dijo cuanto le quedaba, o si tal vez podía cuidarla, no le importaba. Y ella era consciente de que le hacía muy mala persona, pero si su madre se hubiera disculpado, si hubiera mostrado un ápice de compasión o culpa, Aurelia habría ido. Habría dejado todo el viaje y habría ido junto a ella. Pero de la boca de su madre solo salieron malas palabras, como ya era habitual, porque ni siquiera al borde de la muerte quería arreglar su relación con su hija. 

Aquello decepcionó a Aurelia muchísimo y se dio cuenta de que al mismo tiempo que ella había decepcionado a su madre miles de veces, su madre lo había hecho el doble. Lo único de lo que se preocupó la mujer fue de que Aurelia fuese más o menos una buena pintora, aunque nunca mejor que ella. Eso no se lo podía permitir, destruiría a una niña aprendiendo a pintar antes de hacerla mejor que ella misma.

Aurelia se terminó su café. Hoy irían al mercado de las flores. Imagínatelo, una calle llena de puestos llenos de flores. Sonaba simplemente mágico. Y aunque no estaban en temporada de tulipanes, Aurelia tenía demasiadas ganas de ir.

ᅳ¿Hoy soñaste? ᅳpreguntó ella, después de pagar el desayuno y empezar a caminar con Enzo.

Ella, por inercia, enganchó su brazo con el de Enzo. Tiffany odiaba ir así, decía que se le cansaba el brazo, así que Aurelia perdió la costumbre, pero ahora la estaba recuperando porque en ningún momento Enzo puso ninguna pega. Incluso él ya doblaba el brazo para que Aurelia colocara el suyo en el agujero del codo.

ᅳNo, que yo recuerde ᅳEnzo apretó los labios. Aurelia pareció decepcionada.

ᅳNo nos vamos a despedir sin que yo te analice un sueño, que lo sepas ᅳavisó, arqueando las cejasᅳ. Así que ya te vas poniendo a trabajar esa cabecita tan linda que tienes.

ᅳNo me metas presión. Y gracias ᅳrespondió él, con una sonrisilla. Ya iban varias veces que Aurelia metía un cumplido escondido entre lo que parecía una reprimenda.

THE LAKES ⭑ enzo vogrincic. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora