Con este movimiento por su parte, toda esperanza que pensé que podría encontrar en mi interior, que rezaba por seguir conservando y que en realidad, no tuviera razón y sí que poseía esperanza de que las cosas fueran bien, ha desaparecido. Ahora sí que lo ha hecho, ahora ya no hay nada, absolutamente nada que me mantenga en pie. Que me sostenga en estos momentos. Mi mundo entero ha caído encima de mí, estoy descendiendo por un agujero sin fondo, sin final, donde todo lo que veo es oscuridad.
¿Ese no que quiere decir? ¿Significa que, si cree preciso acabará atacando a la gente que nos importa? Mi corazón se encoge y mi estómago se comprime, arqueándome hacia delante e intentando mantener la compostura, cosa que no logro.
- ¿Estás bien _________?
De nuevo vuelto a observar a Peeta, pero esta vez no le respondo, sino que lo abrazo y respiro su olor, su fragancia, cerrando los ojos y deseando que cuando los vuelva a abrir me encuentre en cama, con él a mi lado. Que nada de esto hubiera pasado... Aunque sé a la perfección que eso no va a suceder. Él no me vuelve a preguntar nada, sino que avanzamos hasta el interior, siendo más específicos; a la sala de banquetes del presidente Snow.
La gente danza, habla, come, ríe y se pasa de maravilla las horas que tiene por delante en este caro lugar, con lujos mires por donde mires, algo que me arrepía tan pronto como entro. No estoy acostumbrada a las cosas tan sofisticadas, caras, brillantes, pomposas... y no me siento nada cómoda aquí, sobre todo sintiendo que a cada segundo alguien choca conmigo y me mueve levemente. Hay mucha gente, demasiada, y las multitudes siempre me han agobiado, pero ahora es mucho peor, me siento ahogada, atosigada y pequeña.
Los cuatro caminamos de mesa en mesa porque Luckas quiere probar todos los manjares de aquí, al igual que Peeta (pero sinceramente Luckas es mucho más exagerado que el rubio), arrastrándonos tanto a Katniss como a mí tras ellos, y también obligándonos a nosotras a comer algo. No puedo decir que no está rico porque, tal y como me pasó antes de ir a la arena meses atrás, la comida del Capitolio es lo único que hecho de menos, ni siquiera la facilidad de vida o las comodidades. En realidad, yo con la comida de aquí soy feliz.
Llegan caras nuevas, intercambiamos nombres, hacen fotos tanto a mí como a mis compañeros, beso mejillas... Al parecer, por todo Panem somos famosos, amados, a pesar de que en los distritos sea de una forma completamente distinta. Estos de aquí nos aman por nuestra "valentía" y les parece hermoso el sacrificio por nuestra parte, mientras que en los distritos, nosotros estamos en boca porque piensan que desafiamos al Capitolio, que somos un símbolo de la revolución... cuando yo ni siquiera sé cómo he sido capaz de levantarme esta mañana de la cama por el sueño acumulado. No me siento una guerrera, simplemente una chica que ha tenido por primera vez en su vida algo de suerte y a la vez mala suerte al ser el centro de algo que nunca quiso ser. ¿Qué tal si esos de los distritos me dejan en paz y deciden tomar la revolución por su mano, sin implicarme? Nos iría mejor a todos, sobre todo a mí.
Me doy al cabo del tiempo que Luckas y Katniss han desaparecido y, buscándolos con la mirada, me encuentro a ambos hablando con Flavius y Octavia y, por la expresión de Katniss, algo no le está pareciendo muy bien, aunque el castaño parece intentar llevarse las miradas de ambos. Yo, en cambio, me limito a suspirar, apoyando mi cabeza en el hombro de Peeta, mirando a la nada.
- ¿Quieres bailar? - me pregunta, y yo me encojo de hombros.
No tengo ganas de hacer nada.
Me arrastra de la mano hacia el centro de la pista, donde la gente nos hace un sitio mientras que una lenta y relajada música de fondo acompaña los pasos de las parejas. El rubio apoya grácilmente sus grandes manos en mi pequeña cintura, acción que me provoca mariposas en el estómago, obligándome a elevar la mirada y chocarme con sus ojos azules profundos. Mi mirada desciende hasta sus labios levemente curvados hacia arriba, así que elevo el rostro, agarro con mis manos el cuello de su camisa y lo acerco hasta mí para fundirnos en un delicado beso. Cuando sus labios chocan contra los míos, me siento flotando, olvido todo, porque con él es así. Las preocupaciones desaparecen y me siento de nuevo segura, feliz, tranquila. Sólo lo necesito a él, y nada más, porque me estoy dado cuenta poco a poco de que, ciertamente, Peeta es lo más importante de mi vida.
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En Llamas {Peeta y tu}
FanfictionSegunda parte de la trilogia de Los Juegos del Hambre ~~~~~•~~~~~~•~~~~~~~•~~~~~•~~~~ EL MUNDO ESTARÁ OBSERVANDO. _______ Smith ha sobrevivido a los juegos del hambre, pero el Capitolio quiere venganza. Contra todo pronóstico, Katniss Everdeen, Pe...