Capítulo 21

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Suspiró al ver la casa de sus madres y entró con su llave, encontrando dentro a su prima junto con su tía.

—Hey Harp.

—Clarke—la saludó abrazándola—. Te he extrañado.

—Y yo a ti—respondió la rubia cuando Becca salió de la cocina seguida por Abby—. Má…

—Cariño ¿Cómo te encuentras?

—Bien… Yo… Quiero hablar con ustedes—dijo cuando Becca la miró, las tres se dirigieron entonces a la habitación y sentándose en la cama de sus madres, comenzó a hablar—. Lo siento, lamento haber dicho todo lo que dije en el apartamento… No debí actuar de ese modo…

—Clarke…

—Me equivoqué… Pero… Estoy intentando remediar todo.

Abby la abrazó, y al sentirla lloró en su hombro.

—Ya ha pasado cariño. Todo está perdonado—

Clarke la miró cuando secó sus lágrimas y Becca se acercó a ella, acariciando sus cabellos.

—Eres nuestra hija, nuestra pequeña. Siempre vamos a perdonarte y estaremos cuando lo necesites.

Sonrió aún con lágrimas en sus ojos, volviendo a abrazarlas, sintiendo un gran alivio en su ser.

Minutos más tarde, dejaron la habitación regresando al living. Entonces Harper la miró y le preguntó.

—¿Qué sucede?

—Sólo me disculpé con ellas… No hemos pasado por un buen momento, pero ya lo hemos solucionado.

Su prima sonrió y la abrazó, logrando que Clarke cerrara los ojos.

—¿Y además de eso? ¿Cómo has estado?

—No muy bien… Aún no retomo la universidad. Me quedé sin empleo y sigo sin dinero.

—Ugh… También yo, no puedo costear el curso de bartender.

—¿Qué hay de Allie? ¿Le has pedido ayuda?

—Quiero valerme por mí cuenta—comentó y Clarke asintió —. Ugh… Necesito encontrar otro empleo.

—Yo igual. Pero no quiero caer en un lugar de mala muerte.

—¿Buscarás trabajar como bartender también?

—Sí. Es para lo único que sirvo… Hasta que pueda graduarme de periodista.

—¿Han tirado currículum?—las interrumpió Becca acercándose junto con Allie y Abby.

—No me llamaron de ningún lado—dijo desilusionada—. Pero volveré a intentar.

Luego de la cena, Harper y Clarke fueron al antiguo cuarto de la rubia, cuando su prima tomó algo de su bolso.

—¿Quieres?

Clarke sonrió observando el porro y le tendió su encendedor.

—Ugh…

—Creo que necesitábamos relajarnos de esta manera—comentó Harper largando el humo, logrando que Clarke riera—. Y dime ¿Lexa? ¿Dónde está?

—No está.

—¿Qué?

Le dio una pitada al porro, y entonces comenzó a contarle todo lo que había sucedido y cómo se ha ja sentido desde entonces.

Harper la miró y escuchó sin poder creer lo que contaba, y al terminar, las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas.

—Le dije que aún la amo… Y luego… La besé.

—¿Qué? Pero espera… ¿Ella está soltera?

—No—dijo algo molesta, sintiendo celos—. Pero me siguió el beso… Creo que aún sigue enamorada de mí…

—Espera Clarke. Creo que deberías hablar con ella—le dijo Harper cuando le dio otra pitada al porro—. Y preguntarle si realmente siente algo por ti.

—¿Y si no siente nada?

—Sigues con tu vida, y ella con la suya—respondió pasándole el porro—. No es la única chica del mundo.

—Pero lo es para mí…

Mientras tanto, Lexa cenaba en silencio disociando en un punto fijo. Octavia la miró preocupada sin decir nada, y rozó su mano con sus dedos, logrando que se asustara.

—Hey.

—Lo… Lo siento.

—¿Estás bien?

—Sí… Estoy bien—dijo probando bocado—. Pensaba en mí padre… Y en que Linc está allí solo.

—Titus se recuperará, le darán el alta pronto. Y Lincoln ya te ha dicho que se encuentra bien, comerá algo con unos amigos.

—Lo sé… Ugh… No me cabe bocado.

—Pero apenas lo has tocado ¿Lo he hecho mal?

—No, O. No tengo apetito.

—De acuerdo, cariño.

Ambas guardaron silencio escuchando la televisión de fondo, pero Lexa comenzó a sentir culpa.

—Lo siento.

—¿Por qué?

—Pues… Porque has tenido que dejar Barcelona, por venir conmigo…

—Oye, mírame. No me importa lo que dejé atrás, me importa empezar de nuevo contigo.

—No va a ser fácil… Debo conseguir un lugar donde vivir… Y hablar con Gustus… Quiero que me ayude con mí sueño.

—¿Tendrás tu propio restaurante?—le preguntó Octavia, sonriendo—. Creo que puedo ayudarte con eso.

—¿Cómo?

—Cuando bajábamos de la carretera, pude ver un edificio en venta. Parece ser una especie de local de comida rápida o así.

—¿Dónde que lo has visto?—le preguntó cuando su novia tomó su móvil, mostrándoselo—. Bueno, no parece la gran cosa…

—Pero imagínate que esto sea tuyo, Lex. Imagínate una cocina enorme… Con este salón—comentó enseñándole las fotos, y Lexa sonrió.

—Debo hablar con Gustus.

—Hazlo, ahora. Llámalo y dile que se reúna contigo.

Lexa entonces sin pensarlo, marcó el número de su jefe y esperó que lo cogiera.

Lex.

—Hey Gustus.

—¿Cómo estás? ¿Cómo se encuentra tu padre?

—Ha despertado, pronto le darán el alta.

—Excelente.

—Escucha, debo hablar contigo…

—¿Algo de lo que deba preocuparme?

—Pues… No lo sé ¿Estás libre ahora?

—Claro pero… Estoy en Barcelona.

—Oh… Bueno pues…

—Dime lo que esté preocupándote.

—Quiero abrir mí propio restaurante…

Oh… Eso es excelente, Lex. Si crees que estás lista para hacerlo, hazlo.

—Lo sé, gracias Gus. Pero para hacer esto, necesito alguien que me ayude… Alguien que me guíe… Y yo pensaba en que tal vez tú…

—¿Quieres que siga instruyéndote? Pero ya estás lista, Lexa. Sabes moverte en una cocina, he visto cómo comandas a los demás, y Diyoza me ha contado sobre tu desempeño todo este último mes.

—¿Crees que estoy lista?

—Claro que sí. De todas formas, te ayudaré en todo lo que necesites.

—Apenas he visto la locación, pero tengo muchas ideas de cómo llevarlo a cabo.

—Mira, mañana debo ir al restaurante de Madrid. Si aún sigues allí, puedes reunirte conmigo y lo discutiremos.

—Muchas gracias, Gus.

—No me agradezcas, comandante.

Cortó la llamada con una sonrisa en su rostro, y al levantar la mirada, Octavia le dijo.

—Creo que ha salido mejor de lo que esperabas.

—Oh dios mío… No puedo creerlo… Bien, tendré que trabajar duro, nada puede salir mal. Todo debe estar perecto—Lexa se levantó buscando un cuaderno, y comenzó a idear la cocina de sus sueños—. Tengo la locación, debo conseguir los insumos, el personal… La instalación eléctrica, el gas… Presupuesto, hacer un examen de mercado… ¿Qué?

—Eres hermosa—le dijo Octavia al mirarla tan entusiasmada, y acercándose a ella, la besó—. Mientras tú haces esto, yo tengo otra sorpresa para ti.

—¿Qué has hecho? Octavia…

—Pues… Muy cerca de ese lugar, también he visto un apartamento en venta.

—¿Qué pretendes?

—Mudarnos—le dijo sentándose en sus piernas—. El edificio se encuentra un poco lejos del lugar, pero mira…

Lexa tomó el movil Octavia y observó el alto edificio, leyendo las calles.

—Está cerca del taller.

—Entonces estarás cerca de tu padre. Piénsalo cariño.—le dijo logrando que sonriera y comenzó a besarla—. Sabía… Que me dirías que sí…

—Pero espera ¿Cómo haremos? Necesitamos dinero…

—Tengo algunos euros ahorrados, más el bono que te han dado en el restaurante. Y dinero que tú has juntado todos estos meses.

—¿Quieres hacerlo? ¿Estás segura O?

—Quiero que seas feliz, Lexa.

Road Trip - Clexa AU (Re - Edit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora