Beso

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Ahora mismo se encontraba Fang buscando en una página web algo importante.

¿Qué era ello?

Estaba averiguando precios para una presentación de los Bad Randoms.

¿La razón?

El cumpleaños de Edgar se aproximaba y aún no sabía que regalarle... Puede que haya buscado los archivos del colegio donde tienen la información de los estudiantes... Sí qué le gustaba investigar.

Para Fang no era molestia regalarle un boleto en un buen lugar al chico, Brawl Ticket los vendía a un buen precio y eran confiables.

Agregó al carrito ambos boletos qué serían recogidos por él más tarde en la sede y con un clic finalizó la compra.

Todo estaba planeado y por suerte el concierto eran dos días después el onomástico del emo.

Eso puso muy feliz al fanático de la actuación.

...

Pasaron los días y Edgar ya se encontraba mejor, Fang había cumplido su promesa de ayudarlo en lo que podía y llevarle las tareas.

Ahora mismo, el pelinegro sería dado de alta por la enfermera Pam.

—Muy bien Edgar. Es increíble la manera en la que sanas rápido, me sorprendes.

—Muchas gracias doctora Pam.

—Bien, ya sabes que nada de parkour, skate o alguna actividad física que te ponga en riesgo, almenos por una semana.

Asintió y se retiró.

Ahora podría volver al colegio, volver a reírse en media clase con Fang.

Estaba entusiasmado y fueron ánimos suficientes para que se durmiera temprano.

A pesar de haber descubierto sus sentimientos por el asiático, aún tenía sus dudas.

No podía creer la química increíble que tenían ambos cuando se juntaban, funcionaban tan bien... ¡Incluso su hermana Colette lo admitía!

La vida parecía sonreírle al chico de bufanda... Después de todo había salido de su zona de confort y se había abierto a entablar su amistad con Fang.

Pero... Había un problema. ¿Cuál era el siguiente paso?

Ya había confirmado que le gustaba pero... ¿Qué seguía de eso? ¿Tratar de conquistarlo? No era bueno en lo romántico y lo sabía.

Y buscar ayuda de Colette... Podría ser una solución que quizá lo lleve a la perdición.

Tantos pensamientos justo antes de dormir. ¡Rayos!

Finalmente entró al mundo de los sueños.

...

En la mañana sigue su rutina común. Entonces se encuentra con Fang.

—¡Sube, Ed! Sabes que no es molestia llevarte.

El de coleta parecía más animado de lo normal. Edgar obedeció y se sentó.

De repente, al chico gótico sintió nuevamente esa punzada en su corazón que ya era normal cuando estaba al lado del pelimorado.

Sintió la necesidad de abrazarlo y como ya es de costumbre y sin previo aviso posicionó sus brazos sobre el pecho de su amigo. Cosa que siempre hacía qué el asiático se sonrojara.

No podía ocultarlo, era complicado para Fang hacerlo, pensaba que era muy evidente con Edgar y esperaba que por el momento su amado no se dé cuenta.

Al llegar del silencioso recorrido por la avenida con aquella brisa fresca qué por suerte alivió su sonrojo, ambos bajaron y se miraron.

Anti-depresión | [Fang x Edgar] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora