Recuerdo que hace muchos años, escuché que para poder ayudar a otros, lo más importante es primero curarte a ti mismo. De esa forma, conocerías el otro lado del problema, conocerías una salida y posiblemente entenderías mejor las entradas. Y es que alguien que puede ver un problema desde fuera, y que pudo haberlo conocido también desde dentro, puede tener una perspectiva más amplia de las cosas. Y no vayan a malinterpretar esto, jaja, no quiere decir que deban sufrir el mismo malestar que la otra persona para poder entenderla bien. No es necesario crearte una adicción para ayudar a alguien que tiene una; como tampoco es necesario perder a una persona importante en tu vida, para poder ayudar a alguien que pasó por eso; tampoco debes ser alguien igual a la persona a quien quieres ayudar; y como estos, hay una cantidad infinita de ejemplos. De hecho, es aquí donde entra una hermosa cualidad, que es: la empatía. La cual nos permite tratar de comprender cómo se siente estar en los zapatos de otra persona, sin necesidad de tener que vivir lo mismo que ella. Poder comprender a alguien, una pérdida, un dolor o una situación; es más fácil cuando trabajamos en nosotros mismos. Haber curado nuestras heridas, nos permite ayudar a curar mejor las de los demás. Conocernos a nosotros mismos, cuidarnos, aprender a querernos; son cosas muy importantes. Y es que, ¿cómo puedes ayudar a alguien a quererse, si tú no te quieres a ti mismo? Y sí, también podríamos usar un ejemplo en el área romántica: ¿Cómo puedes amar a alguien, si no te amas a ti mismo? Y todo esto da lugar a una pregunta muy importante: ¿Cómo podemos empezar a sanarnos a nosotros mismos?
¿Recuerdan la historia de la cafetería? Pues es hora de volver a nuestro querido grupo de amigos. Esta vez daremos un pequeño salto en el tiempo y avanzaremos casi cuatro semanas adelante. Pero no se preocupen, aunque no pasaron cosas muy relevantes, les daré un pequeño resumen de esos días:
Cris, Javi, Jukas y Zoe; antes y después de clases, se reunían para pasar tiempo juntos, jugar y comer. ¡Incluso Zoe fue a devorar tucumanas con ellos! Jaja, era algo tan infaltable que hasta parecía un rito de iniciación para demostrar que formabas parte de la pandilla. Varias de estas experiencias los volvieron un grupo de amigos más unido.
Y ahora sí, volvamos a la historia: Empezando el mes de marzo, nos situaremos en la habitación de Cristal. Esa tarde, Cris le había removido las vendas a Kiwi, marcando el siguiente paso para la recuperación de su ala lastimada.
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Javier & Cristal - Preludio a la locura
FantasiaSinopsis: Si estuvieras buscando un camino y encontraras a alguien tan perdido como tú, ¿sería una buena o una mala influencia? ¿Te ayudaría a encontrar ese camino, o te haría sentir más perdido? Cuando Javier y Cristal se conocen al empezar sus est...