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Bien... ¿Por donde comienzo? Pasaron tantas cosas, no se por donde comenzar.

Comencemos por la parte del reencuentro con ese "extraño" que en realidad... no es un extraño.

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Estuvimos casi 1 minuto entero mirándonos de arriba a abajo analizando la situación.

Ninguno de los dos se lo creía, y tampoco queríamos creerlo.

-Tu eres Diore ¿Verdad?- Dijo el con toda seguridad

-¿Como coño sabes mi nombre?- Dije sería, no recordaba haberle dicho mi nombre.

-Eso no importa como lo se, lo que importa ahora es que por fin te encontré- El sonrío encantadoramente.

Espera, ¿Que?, acaso había dicho "Por fin te encontré", ¿Me había estado buscando?

De repente mi cabeza no puedo pensar en otra cosa que no fuera:

Oh por Dios, esa sonrisa...

-¿A que te refieres con la palabra "Por fin te encontré", ¿Que es lo que quieres?, ¿Plata?, ¿O un favor?- Dije llenando a ese extraño de preguntas.

El frunció el ceño mirándome, como si estuviera confundido.

-¿Que te hace pensar que quiero algo?- preguntó el, evadiendo mis preguntas.

-Tu descaro y la manera en que vienes a decirme "Por fin te encontré"- Respondí

El simplemente suspiró y se pasó una mano por la cara.

Parecía estresado y... ¿Ansioso?

-Solo porqué seas una de las chicas más adineradas de éste país, no te tienes que creer tanto- Respondió finalmente, rodeando los ojos.

Pero...Ya no me hablaba como antes... Me hablaba con... ¿fastidio?

En mi mente la frase que retumbaba era:

Mi amor, yo no me creo, yo soy...

-Yo no me creo mucho- Fruncí el ceño mirándolo.

-¿Ah no? Entonces, ¿Porqué siempre crees que alguien quiere algo de ti?- se quedó mirándome

-Pues porque siempre es así, toda la gente me pide favores, o quieren algo de mi- Respondí

-Pues yo no soy toda la gente- Dijo el

Yo fruncí el ceño, ya estaba irritada

-Bien, entonces ¿se te ofrece algo? O ¿Necesitas algo?- lo mire encarnando una ceja.

El volvió a poner esa sonrisa que me mataba...

-Mmm, Si, te necesito a ti- se acercó a mi y me tomó de la cintura sonriéndome.

Yo me puse roja como un tomate.

Tenía que mantener la compostura.

Intenté soltarme pero fue inútil.

-Si no me sueltas en 2 segundos... comenzaré a gritar que me quieres violar, imbécil - Dije tratando de no tartamudear.

Estaba muy nerviosa y irritada.

El se comenzó a reir.

-Tranquila, no me metería contigo ni aunque me pagaran- sonrío.

Quien coño se cree este imbécil?

Me quedé quieta... Está vez tenía a un más rabia.

Comencé a moverme para que me soltará.

-Te acostaste conmigo ¿recuerdas?- Dije mientras intentaba salir de su agarré

Solamente una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora