Capitulo 44: Contra Dante.

795 82 10
                                    

Después de lo que pasó con sus hijas, David ya no quería estar lejos de ellas y el saber que luego del nacimiento de Dante, debían volver a Los Ángeles, él vendió la casa, el taller y con el dinero se estableció cerca de sus hijas y acepto la sociedad que le ofreció Seth.
Está sociedad les sirvió para levantar una cafetería en el centro de la cuidad y su nuevo taller.
La cafetería " Pajarón azules"  está a cargo de las hermanas Brow ya que el ambiente más llevadero para David, sigue siendo su taller.

Fuera de lo que pensará Luca, no pudo contra el temperamento de Beth y el dinero que le envía sigue siendo acumulado en la cuenta de Dante, como lo ha catalogado Beth ya que no quiere tocar ese dinero, justificando que será para su hijo cuando él sea mayor edad, mientras tanto ella es totalmente capaz de velar por él. Eso también aplica para Seth y la familia M'Claren.

Momentos antes de cerrar la cafetería, Beth mira desde el mostrador a Dante sentado en una de las mesas junto a Isabella.
Desde que el último cliente se fue, los dos estuvieron muy entretenidos cuchicheando, dibujando y escribiendo algo en un par de hojas.

— ¿Puedo saber que tanto hacen?— Pregunta Elisabeth pero en el momento que Dante escucha a su madre, tapa el papel con su brazo como si fuera un gran secreto.

— No, mamá — Dante, pone su mejor cara de seriedad, — Es un secreto, shhh— y en lugar de colocar su dedo índice sobre sus labios, en señal de silencio, coloca dos dedos.

— Si, Beth. Es secreto— Sigue Isabella y copia la acción de Dante, guiñándole un ojo a su hermana, hasta que la campana encima de la puerta principal anuncia que alguien más llegó y ni siquiera hace falta que diga una palabra ya que Dante es el encargado de recibirlo.

— ¡Papá!— Suelta el pequeño corriendo a los brazos de Seth, quien acaba de llegar.

En la cabeza de Beth, esa palabra es algo que no puede aceptar pero tampoco puede perturbar los pensamientos y el corazón de su pequeño hijo diciéndole que no llame "papá" al que él cree que es su padre.

— Pero qué hermoso recibimiento — habla Seth, dandole un beso a Dante con él en brazos.
— Hola chicas — saluda hacia las hermanas con una cálida sonrisa.

— Hola Seth— Isabella, recoje los lápices y los papeles de Dante.

— ¿Cómo estás?- sigue Elisabeth, acercándose a ellos con su bolsa y la de Isabella.
— Ya vamos de salida.

— Ah si, bueno yo quiero invitarlos a cenar— Seth, mira de reojo a Dante y lo hace sonreír.
— A los tres — agrega, hacia Isabella.

— Gracias pero paso— Isabella, toma su bolsa y guarda los papeles secretos de Dante.
— Tengo que hacer algunas cosas. Pueden irce, yo cerraré.

— Vamos mamá — Salta Dante, llamando la atención de su madre ya que la expresión de Beth es de alguien que está dudando si lo acepta o no. Ya había hablado con Seth respecto a estas salidas si la incluían a ella sola con Dante pero a él nunca le interesaron los periodistas y los cuentos que podría llegar a invitar, además, en todos estos años sus sentimientos con respecto a ella no han cambiado.

La joven, le sonrie a su hijo y asiente con la cabeza sin muchas opciones frente a la atenta mirada del pequeño...

Un tiempo después, Dante es el encargado de llevar a su madre a la entrada del restaurante, tomándola de la punta de su abrigo  y no la suelta incluso cuando llegan.

Seth, se presenta en la recepción para que le den la mesa que reservó, mientras la mirada  de Elisabeth pasea disimuladamente por el lugar y hasta donde su vista logra ver, se nota que es un lugar muy lujoso; está claro que es el estilo de Seth.

Mi Única Fantasía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora