005

272 33 7
                                    

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎


▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂


‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎NO ESTABA SEGURA DE SI ERA JUEVES O VIERNES, tampoco de si era de noche aún o era madrugada. Pero despertó con una muy fuerte jaqueca y bastantes golpes en la puerta. Lo que la alertó, fue que no fueran golpes de la puerta principal sino en la puerta de su cuarto.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Así que adormilada tuvo que analizar rápidamente qué hacer y como pudo, tomó el arma del escondite debajo de su cama para luego recostarse con esta escondida.

⸻ Pase. ━ Soltó adormilada.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Cuando él entró en su habitación, el arma fue directamente apoyada contra su frente y bufó al ver que la mejor de sus posibilidades estaba allí, pero que menudo susto le había provocado. Tenía ganas de ceder y meterle un tiro en la frente tan solo por irrumpir así.

⸻ Por el gesto entre tus cejas debo recordarte, en mi defensa, que tú me dijiste que podía volver. ⸻ Patrick alzó sus manos mientras ella negaba con la cabeza bajando el arma.

⸻ Pues me arrepiento de no agendar en un mejor horario.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎El rubio le sonrió ampliamente y ella resopló volviéndose a acostar en la cama, haciendo que él quede ligeramente confundido y estático en su lugar.

⸻ ¿Sabe, agente? Comienzo a creer que tiene un fetiche por aparecer en mi casa cuando me encuentro en paños menores.

⸻ Yo diría que no. ⸻ Murmuró él, algo incómodo. ⸻ Además ya te dije que no soy agente.

⸻ Oh, ¡Claro que no lo es! ⸻ Ella rió contra la almohada. ⸻ Imagínese el escándalo que sería si usted lo fuera. El punto es que cada vez que le digo agente, a usted le molesta, claramente porque no es un hombre fan de la ley. Y yo tampoco. Así que lo entiendo, pero es divertido... ⸻ Añadió, haciendo que el rubio sorprendentemente se quede sin palabras. No es que no supiese que decir porque Jane siempre sabía qué decir.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Pero Delilah había atinado en que era extraño que siempre que la viera, fuera así. Ya iban tres veces.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Y, cómo si fuera adivina, ella volteó la cabeza para verlo a los ojos y le ofreció una sonrisa que lo tomó desprevenido, acompañándolo con un ronco:

⸻ Si quiere póngase cómodo. Hasta que amanezca no me pienso levantar de aquí.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎Tímidamente el asesor del CBI tomó asiento en los pies de la cama. No es que no tuviera espacio porque Delilah tenía una enorme cama y ella yacía echa bolita. Pero no podía ni quería atreverse a más, por mucho cansancio cargado que tuviese.

MADNESS; Patrick Jane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora