O1: Primer año

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Nervios.

Nervios es lo que solamente podía sentir en estos momentos. Sin bien, mis padres siempre me han comentado que a mis 11 años recibiría mi carta para ir a Hogwarts, el colegio que justamente mi familia entera se ha educado, no era consciente que debía partir esta mañana en un tren con un destino a quien sabe donde y con quienes. 

El reflejo en mi espejo de mi habitación es claro, piel pálida -más de lo normal- cabello alborotado y cuerpo tembloroso, quizás se deba a que aún no he comido. Pero, por merlín que en unas horas estaré sentada en el expresso Hogwarts y quizás en qué casa quede.

Por las Barbas de Merlín.

Ese es otro tema que se me ha olvidado. Toda mi familia ha pertenecido a la casa de Ravenclaw, ¿Qué tal si al maldito sombrero se le da la gana con ponerme en otra? 

Intento ignorar cualquier estupidez que se me ocurra sobrepensar y simplemente me limito a bajar a tomar desayuno, los alimentos que prepara Winky -nuestro elfo doméstico- son riquísimos. Mi hermana ya se encontraba allí comiendo y muy feliz por volver al colegio y reunirse con sus compañeros de casa Ravenclaw, obviamente.

-Hey - saluda con la boca llena de jugo de calabaza - ¿Qué tal? ¿Cómo estás?

Aurora iba a entrar a su cuarto año.

-Pues...bien - hago una mueca con la boca - supongo.

Me es inevitable juguetear con mis manos.

-Winky - llama a nuestro elfo - ¿serías tan amable de traernos más jugo de calabaza? por favor, además de unos ricos panquequitos de calabaza. Nébula necesita alimentarse.

-Como guste ama Aurora - agacha la cabeza.

Aurora entorna los ojos.

-¡Ay Winky! Te he dicho miles de veces que no me digas ama - bufa y hace una mueca - me hace parecer como si tuviera 50 años - saca la lengua.

La situación me pone un poco más tranquila, así me desisto por simplemente comer lo que tengo sobre la mesa. Sin embargo, la ansiedad y emoción que tengo hacen que el apetito sea muy reducido.

-¿Qué pasa si el maldito sombrero no me deja en Ravenclaw? - levanto la vista y me fijo en sus ojos negros.

Deja de comer y me observa atenta, pero al segundo me muestra una bonita sonrisa, logrando que logre relajarme.

-No pasa nada, créeme que la casa que te reciba tendrán suerte de tenerte - me sonríe - o quizás no, eres jodidamente ruidosa al reírte.

Le muestro la lengua juguetonamente.

 Mamá me sonríe tiernamente mientras me sujeta a mi gato

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 Mamá me sonríe tiernamente mientras me sujeta a mi gato.

-Cuídate cariño, sé que tienes a tu hermana y a Salem contigo - me entrega a mi querido gato negro - Pero, te voy a extrañar muchísimo. 

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⏰ Última actualización: Feb 26 ⏰

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Dark Love - Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora