Capítulo 10

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Después de ese incidente, habían sucedido muchas cosas, la primera fue que Conway y Freddy no podían mirarse a la cara sin sentir la vergüenza de haber sido atrapados por el menor y sobre todo, de haberlo dejado solo, estaban sorprendidos, solo se habían descuidado un momento y Gustabo había hecho un desastre incendiando el sofá y la alfombra, gracias a eso, tuvieron que apresurar la mudanza y eso hicieron, les tomo al menos 4 días en llevar todas sus pertenencias a su nuevo hogar, la casa era realmente agradable, grande y además había jardín y una pequeña piscina, el vecindario era tranquilo y tenían a unas cuantas cuadras a su compañero Gonzalo.

Aquel día finalmente se quedarían a vivir allí, ya habían terminado con la mudanza y de acomodar sus pertenencias, Gustabo estaba contento, tenía mucho espacio para jugar y su habitación era más grande que la antigua.

—¡Tenemos un árbol!

—¿Te gusta la casa, Gustabín?

—¡Si! Es muy bonita. Quiero meterme al agua, ¿Puedo?

Freddy le tomo de la mano y lo llevo consigo al nuevo sofá, aún tenían una charla pendiente. —Escucha neno, tenemos que hablar contigo, lo que hiciste en la antigua casa no estuvo bien, podías resultar lastimado, ¿Prometes no volver a hacerlo?

Gustabo miro a sus padres y asintió. —Esta bien. . . ¡Pero tu estabas atacando a mi papá!

—¡Suficiente! Vamos a terminar de desempacar. Gustabo, sube a tu habitación, aún tienes que mostrarle a Don gato tu nueva habitación.

—¡Es verdad! Ven don gato, tu dormirás conmigo también.

Gustabo tomo al felino y subió a la segunda planta, en donde se encontraban las habitaciones, Freddy agradeció que Conway interviniera, estaba apunto de discutir con el rubio por esa pillada. Ambos soltaron un suspiro largo y descansaron en el sofá, todos esos días no habían tenido un solo descanso, se miraron de reojo y juntaron sus manos, habían dado un nuevo paso importante a sus vidas, vivir y mudarse juntos no era algo que tenían contemplado.

—¿Qué haremos con nuestros empleos? La mofetera asquerosa nos está vigilando.

Conway gruñó en respuesta. —Había olvidado eso, estoy agotado y me quiero arrancar la puta cabeza. No se en que otra cosa seremos buenos y sobre todo, que nos paguen de puta madre.

—Joder neno, eso es verdad, ganamos buena pasta. . .

—Tengo una idea. —Freddy miro atento al otro y enarco una ceja. —La comisaría.

No comprendió al instante, pero no hacía falta, pues Conway le dio los detalles, ambos podrían tener un puesto administrativo en ese lugar, tenían el rango, la experiencia y por supuesto que la actitud, no hizo falta esperar mucho, pues conforme los días pasaron, su jefe les ayudó al traslado de puesto, también a su incorporación y papeleo correspondiente, Conway era muy capacitado para llevar el puesto de superintendente y lo acepto con la condición de que Freddy fuese su total mano derecha y así fue como se convirtió en comisario, nunca creyeron que fuese tan difícil llevar a un grupo de policías, todos eran incompetentes y se podía notar que necesitaban mano dura.

—Ni siquiera Gustabo que es un puto crío me da tanto dolor de huevos como estos anormales de mierda, es que voy a echar a más de uno a la puta calle.

—Ya te digo, todos sois especiales, ¿No? Mira a este, menudo pavo.

Se podía notar su descontento, pero solamente había alguien que estaba feliz de que fueran policías.

—¡Sois policías! Yo tambien quiero ser como vosotros, ¿Me llevas en una patrulla papi? Por favor. —Gustabo miro a los ojos a Conway y salto sin parar en el sofá.

—No.

Hizo un puchero y se dirigió a su otro padre. —Papá Freddy, ¿Me llevas en un patrulla?

Freddy aunque lo intentaba, no podía resistirse a esos ojos. —. . . ¡Vamos neno! Te voy a enseñar a espiar a los gilipollas por las cámaras.

—¡Si!

—Me cago en mi puta madre. . .

Gustabo era el centro de atención en su clase, verlo llegar en un coche policial era estupendo, tenía dos papás y no solo daban miedo, eran geniales a la vista de todos los niños, el pequeño rubio estaba orgulloso, estaba rodeado de amigos y eso lo hacía sentir increíblemente popular. Freddy y Conway adoraban aquello y fueron más escolta personal que padres, caminaban con superioridad a dejar a su pequeño hijo al kinder garden y se retiraban orgullosos, les habían dado más de una advertencia, pero ellos ya no tenían nada de que preocuparse, porque su boda había llegado y eso, los convertía oficialmente en padres legales de Gustabo.

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No querían algo ostentoso, estaban más que satisfechos con presencia de cercanos y su hijo, era un ceremonia pequeña, ambos llegaron puntuales, vistiendo un traje negro y pulcro, se negaron a usar blanco, no era su tipo. Todo estaban presenciando el momento atentos, sobre todo Gustabo quien era el que no comprendía del todo que estaba sucediendo, estaba solo y dirigo su vista a su lado, dónde un niño tomo asiento mientras se aflojaba la corbata con molestia.

El niño pelinegro arrojo la corbata y miro a Gustabo, inmediatamente sonrió. —¡Hola! ¿Cómo te llamas?

—Gustabo, con B.

—¡Yo me llamo Isidoro con I! ¿Ellos son tus papás?

—Si, ¿Y tus papás?

—Mmm, ¡No lo sé!

Gustabo sonrió y lo que no sabía realmente, era que ese sería el inicio de una gran amistad. La ceremonia dió inicio, el juez que llevaría a cabo el casamiento llegó con los papeles correspondientes e invito a todos a tomar asiento, inicio con algunas palabras que para Freddy y Conway no solo eran absurdas, sino aburridas, todos estaban sentimentales al ver a esos dos compañeros unirse en matrimonio, los que los conocían de años, sabían que ambos darían la vida por el otro y eran admirables al adoptar a un pequeño que había quedado sin hogar.

—Por favor firmad aquí.

La pareja firmo el acta de matrimonio, lo hicieron sin dudar y casi con prisa, estaban entusiasmados o quizá simplemente ya querían irse, pero al terminar de hacerlo, se sintieron muy satisfechos consigo mismos cuando estuvo hecho, oficialmente se habían convertido en esposos, se miraron y sonrieron. El juez dió por terminada la ceremonia, no sin antes:

—Os declaró marido y ahh... Marido, puede besar al novio.

—Que beso, ni que--

Freddy tomo a Conway de las solapas de su ropa para acercarlo hacia el y dejar un buen beso sobre sus labios, Jack gruño con molestia y avergonzado se alejó de él para mirar a los presentes quienes solo aplaudieron felices por el nuevo matrimonio, miro a Freddy con ganas de asesinarlo, pero luego escucho ovaciones de su pequeño rubio.

—¡Vivan los novios!— Grito mientras aplaudía contento, su nuevo amigo Isidoro le había recomendado gritar aquello.

Conway sonrió y cuando sintió la mano de su ahora esposo, no pudo evitar sentir que la felicidad presente se desbordaba en su simpática sonrisa, Gustabo fue corriendo hacia ellos para abrazarlos, ya entendía de que se trataba aquello, lo había charlado en ese pequeño rato con su amigo, entendía que sus padres se habían casado porque ambos se amaban y sobre todo, porque ahora habían formado una maravillosa familia.


























Remin

Misión de padres | FREDDWAY | Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora