Un comienzo, un nuevo comienzo, era una noche estrellada en un hermoso pequeño pueblo de Canadá, lugar donde una hermosa mujer de piel mestiza descansaba sobre una camilla de hospital, acariciando su vientre mientras leía una carta enviada por su esposo
"Amada mía...
Lamentablemente no puedo acompañarte a estas horas de la noche, pues tengo que atender a mí trabajo, el cual he estado dejando de lado últimamente por la preocupación de que algo te suceda a ti o a mí bebé, nuestro bebé
Pero puedo pasar mañana, apenas comience el horario de visitas, te llevaré algo, una linda sorpresa, lo prometo, cuídate mucho, eres lo más importante para mí, puede que yo no esté a tu lado pero Dios si lo está, tu misma lo dices...
Con amor: Arthur Burter, el amor de tu vida ♡"
Un pequeño suspiro escapa de los labios de la mujer, dejo la carta sobre una pequeña mesita que tenía a un lado de su camilla, era un momento de tranquilidad, que lamentablemente fue interrumpido por unas fuertes y punzantes contracciones
02:34 a.m. 15 de septiembre de 1904, otoño Nacimiento de la joven Beatriz Burter
·°•*✧*•°·
-Bea, linda despierta, el desayuno está hecho!-hablo mí madre mientras me tomaba por los hombros y me sacudía ligeramente, en un intento de despertarme
-no... no quiero-me queje mientras hundía mí rostro en las almohadas
-volvere en media hora! No podrás escaparte de despertar!-hablo como si estuviese cantando en una ópera para irritarme, ella sabía que no me gustaban esas cosas donde la gente se pone a gritar una canción
Si no fuese porqué hoy era mí cumpleaños número 14 probablemente hubiera llamado a papá para levantarme...
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Antes de que mamá llegue a mí habitación para volver a molestar me levanté, me mire en el espejo que tenía en mí tocador, tenía el cabello hecho un desastre, y también tenía marcas del colchón en mí mejilla, nada fuera de lo normal, al parecer dormí muy bien
Fui hasta mí armario y comencé a buscar mí atuendo para hoy, la verdad no sabía que utilizar, pero no era muy importante, como mucho saldríamos a la plaza, encontré un pantalón negro, uno de los pocos pantalones que tenía, lo deje sobre mí cama destendida y me puse a buscar una de mis camisas blancas, simple pero linda combinación
Deje todo en la cama junto con mí ropa interior y me fui al baño, no sin antes avisarle a mamá que me bañaría para que no entre a mí habitación sin permiso en busca de mí persona
Cerré la puerta del baño y revise que no falte nada antes de comenzar a desvestirme y meterme en la ducha, todo iba bastante bien, como es de costumbre, aunque había notado unas sombras en las esquinas del baño, pero estás dejaron de aparecer una vez me comence a quitar la ropa, tal vez era mí imaginación, o simplemente era porque no había despegado bien los ojos, nada importante
·•♪✿ ♪•·
Estamos en la sala, desayunando tranquilos frente a la chimenea, era bastante reconfortante, papá parece hablar con mamá pero no entiendo muy bien sus palabras, ya que simplemente estoy viendo a una esquina de la habitación mientras tomo mí té caliente
Pero entonces escucho como me llaman-Bea, cariño-es mamá, ambos me están mirando–te tenemos una noticia, y un regalo—voltee para verlos, note a mamá con una pequeña y hermosa caja de madera en sus manos, mientras que papá me miraba expectante con una sonrisa
Mamá se sentó a mí lado y me ofreció la pequeña caja, yo la tomé y me concentré en eso por un momento antes de subir mí mirada, entonces papá hablo–Beatriz, hija, este regalo es muy especial para nosotros, y esperamos que lo sea para ti, tiene tantos años como tú—
–te quedará hermoso cariño…—comento mamá antes de voltearse a ver a papá, ambos tenían una sonrisa
–gracias…—aunque no lo pareciera, estaba muy emocionada, baje la mirada hacia la caja nuevamente y entonces la abrí con cuidado
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–es…es hermoso—dije al ver dicha antigüedad, la piedra preciosa era del mismo color que los ojos de papá, no espere demasiado y me puse el hermoso collar en mí cuello, pero mientras lo hacía recordé algo–mamá—
–que sucede? Necesitas ayuda mí vida?—me pregunto dulcemente mientras se acercaba un poco más a mí lado
–no, no es eso…quería saber sobre la noticia que querían darme—mamá miro a papá y entonces ellos me miraron a mí, fue raro pero no incómodo
–nos mudaremos—hablo finalmente papá, rompiendo el silencio que se había instalado después de mí pregunta
–que? A dónde iremos? Hay algo malo aquí en Canadá?—
–no hay nada malo hija, simplemente con papá pensamos que sería lindo ir a otro lugar, serán pocos años—
–tu madre tiene razón, pero no te preocupes, tal vez ahí puedas hacer amigos—
