𝐓𝐎𝐗𝐈𝐂; 𝐝𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐦𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲

007: the grace of the friendship between the black and the potter

007: the grace of the friendship between the black and the potters

La eterna amistad entre las familias Potter y Black tuvo comienzos años antes de que los últimos primogénitos nacieran. Fueron Sirius Black y James Potter quienes la forjaron y mantuvieron hasta la actualidad, en que sus hijos eran ahora los jóvenes promesas de Hogwarts.

Para nadie era un secreto, entonces, que mucho se esperaba de dicha amistad. Si bien Sirius y James jamás quisieron presionar a Sophia o a Harry, era sabido, entre la alta esfera de la sociedad mágica, que los viejos amigos añoraban la idea de unir a sus familias en una sola. Fortaleciendo sus lazos, pero también, y no menos importante, posicionándose, así como los más poderosos entre los más poderosos del mundo mágico.

Sucedió, entonces así, un sábado de Mayo, que Harry Potter le pidió a Sophia Black ser su novia y ella aceptó. De poca sorpresa fue para la mayoría de alumnos que los conocían, habiéndolos visto por meses pasar mucho más tiempo del común juntos, sabiendo también lo cercanas que sus familias eran. Algunos incluso, en su mayoría algunas serpientes, murmuraron que no había sido más que un acuerdo entre sus familias, una unión inteligente que bien tenía el poder de asustar a muchos magos sangre pura poderosos allá afuera; lejos del colegio y cerca del Ministerio.

Sophia no estaba segura de cómo se supone que debían actuar durante sus primeros días juntos, ¿sería diferente? ¿Debía ser más cariñosa? ¿Sería extraño para sus padres? ¿Sería incómodo? A pesar de haberse hecho cercana a Harry durante las últimas semanas, Sophia no estaba segura de cómo comportarse ahora que oficialmente tenían algo. Harry era su primer novio, mientras que, por lo que Sophia había escuchado de parte de algunas personas con la lengua muy larga, él sí con experiencia previa.

Se sentía inexperta y eso la hacía sentir muy tonta. No le gustaba.

Siempre era Harry quien iniciaba el contacto, quien la tomaba de la mano, quien ocasionalmente le brindaba caricias sobre la cintura, sobre sus hombros o sobre su muslo cuando estaban recostados frente al lago viendo el atardecer. Sophia terminó cediendo a la cotidianidad de dichos gestos y adquirió experiencia demostrando cariño en pareja cuando comenzó a hacerlo de vuelta.

Se volvió común verlos tomados de la mano, caminando juntos; Sophia comenzó a ser más expresiva porque creyó que así debía ser. Lo tomaba de la mano antes que él porque suponía que eso era lo correcto, le decía "te quiero" de vuelta porque no se sentía bien dejar que Harry fuese el único en decirlo. También lo quería, por supuesto, pero todo lo que comenzó a cambiar en su relación inició bajo un sentido de responsabilidad por parte de Sophia, para corresponder el cariño de Harry.

Era, entonces, entendible, debido a la historia entre sus familias que, durante el verano de vacaciones, luego del quinto año, Sophia y Harry tomaron la decisión de contarle a sus familias que habían sido novios desde finales de abril, todos festejaron. Más allá de un par de sonrisas y felicitaciones, Sirius y James habían, literalmente, organizado una fiesta en la que la lista de invitados ascendía a más de cien.

Cada quien habría tenido su propia opinión al respecto, pero lo real era que tanto Sophia como Harry habían sido demasiado ingenuos al no ver más allá de sus propias narices durante esa fiesta. No sentirse presionados ni incomodos al respecto fue, tal vez, su primer error como pareja. Eran tan solo dos adolescentes, demasiado inexpertos, que tomaron la decisión de comenzar una relación, no lo pensaron mejor al razonar en que esa decisión estaba marcando un antes y un después en la historia de los Black y los Potter. Creyeron, claro, que no podía ser tan malo intentar tener una relación si los dos parecían atraerse por el otro, nunca sopesaron todas las posibles consecuencias de cada decisión que tendrían que tomar de ahora en adelante.

Nunca se les cruzó por la mente, cómo habría podido ser eso, de todos modos, que su relación no tardaría mucho en comenzar a desmoronarse como un castillo de arena derribado por el agua de las olas. Demasiado cerca del peligro, demasiado cerca de los errores productos de la inexperta sabiduría de dos jóvenes. Demasiado cerca de los juegos de poder.