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Algo definitivamente estaba mal en esta situación

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Algo definitivamente estaba mal en esta situación. Rosé había comenzado a llorar involuntariamente de nuevo y regresé a la habitación para revisar que todo esté en orden. No está despierta más no pude dejarla así entonces comencé a limpiar su rostro mojado un algunos paños.

Lo que no espere fue ser tumbada en mi propia cama y ser abrazada por la menor no había pasado siquiera como una posibilidad. Su muslo estaba sobre mi cadera y sus brazos rodeaban fuerte mi cintura. Mi respiración dejó de funcionar, pero antes de salir de esta situación la sangre de mi cuerpo fue directo a mi polla causando me otra erección dolorosa.

No puedes— Pensé y casi gruñendo de la desesperación aleje sus brazos con delicadeza para no despertarla.

-—n-no— balbuceó.

—pequeña, tienes que soltarme para poder irme y dormir a fuera, no soportaria estar aquí. Te lo ruego si en alguna parte de tu cabecita logras oírme&Casi murmuré en agonía.

—Mmm.

Se removió dándome la oportunidad de liberarme y poder caer del otro lado de la cama. Me levanté acomodando me la erección en los pantalones y sin mirar a Rosé cruce la puerta de la habitación por segunda vez.

Bendita Rosé, no me hagas esto —dije para mí misma mientras caminada a la ducha de la otra habitación donde estaba durmiendo y me daba un baño para bajarme la calentura y evita tener que usar la otra manera para bajar está erección.

Esto va a ser más difícil de lo que pensé.


El fin de semana se había acabado en un abrir y cerrar de ojos. Cuando me dí cuenta ya eran las cinco de la mañana y el día de hoy tendría que regresar a trabajar. Mi cabeza era un total debate mental sobre lo que haría con Rosé. Dios me puse a revisar algunas revistas del día de hoy tratando de encontrar mi cara en algunas de ellas. Por suerte ninguna había captado lo del día de ayer así que suspiré aliviada y caminé a mi habitación donde se encontraba Rosé.

Al ingresar  volvi a encontrar a Rosé entre lágrimas y no pude evitar hacer una mueca ante ello. Cuando estaba por acercarme veo que levanta su cabeza hacia mi y llora con más fuerza.

—¡Quiero a mi hermana! —termino de hablar y ya estaba entre mis brazos.

—Calma pequeña, estás llorando demasiado.

—Ella no puede estar sola. Nunca nos hemos separado —volvió a mojar otra de mis camisas y suspiré.

—¿Cómo se llama tu hermana?

—Ayudame a encontrarla.

Tragué saliva ante lo exclamado y por un momento pensé en negarme, pero su rostro tan demacrado ante la situación hizo mi corazón encogerse y suspirar resignada.

BABY GIRL |CHAELISA| G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora