Eʟ Vɪɴᴄᴜʟᴏ Pʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ

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En los confines de la majestuosa Fortaleza Roja, donde los susurros de la historia reverberaban en cada piedra, se forjaba un vínculo prohibido

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En los confines de la majestuosa Fortaleza Roja, donde los susurros de la historia reverberaban en cada piedra, se forjaba un vínculo prohibido. Aegon Targaryen, heredero de la casa Targaryen, guardaba un secreto que amenazaba con romper las barreras impuestas por la sociedad y la tradición.

Naerys, su hermana menor de solo trece años, destilaba la gracia y la elegancia típicas de su linaje. Bajo las sombras de la Casa de los Dragones, Aegon no podía ignorar la conexión especial que compartían. Una conexión que trascendía las normas de la familia y la nobleza.

En una noche oscura, con la luna como única testigo, Aegon se aventuró en el jardín de la Fortaleza Roja, donde las sombras proporcionaban el manto perfecto para su encuentro secreto. Naerys, con ojos resplandecientes como zafiros, emergió de la penumbra. Ambos compartían miradas furtivas y sonrisas cómplices, su secreto tan frágil como las alas de un dragón recién nacido.

El viento susurraba secretos mientras Aegon y Naerys exploraban la delgada línea que separaba el deber y el deseo. Las palabras que compartían, más peligrosas que el fuego de un dragón, resonaban en el aire nocturno. "Somos hermanos de sangre, pero nuestros corazones laten al unísono", murmuraba Aegon, luchando con sus propios dilemas internos.

Naerys, con una valentía que contradecía su juventud, respondía: "El destino nos ha entrelazado de maneras misteriosas, Aegon. ¿Debemos negar lo que el corazón reclama?".

𝐹𝐼𝑅𝐸 𝑂𝐹 𝑀𝑌 𝐵𝐿𝑂𝑂𝐷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora