𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒏𝒕𝒐.

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Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras servía los huevos revueltos en un plato. Nunca comía para consolarse pero ya había agotado sus cigarrillos y no podría conseguir más hasta que saliera de su casa, acción que no tenía planeada en realidad. No importaba que ya fuera viernes, todavía sentía frescas las palabras de su ex-novia.

Vio a Angus ingresar a la cocina desperezandose, anoche se había quedado viendo una película romántica hasta altas horas de la madrugada. Le habían dado el día libre gracias a las horas extra que había hecho durante la semana.

—Buenos días. —dijo el menor acercándose a la cocina para prepararse un té.

Malcolm notó cierto disgusto en su voz, pero no creyó que fuera para tanto. —Buenos días. —dejó su plato encima de la mesa, delante de su taza de café dulce. Se sentó a comer, observando como su hermano se ocupaba de servirse el resto de los huevos que había en la sartén y lo acompañaba con una tostada. El más bajo llevó la mermelada de fresa junto con el untador, también acomodó su plato y taza en la mesa.

—Tengo planes para hoy, la vecina de al lado quiere ayuda con algunos vinilos. —mordió su tostada llena de dulce, una parte de este cayó sobre la mesa de madera. —Dijo que me dejará quedarme con los que ella ya no quiere. Además, su nieto vendrá hoy.

—No sabía que todavía hablabas con ese tipo.

—Ah, sí. Brian es bastante simpático y parece ser un buen padre, supongo que se las arregla como puede. Siento pena por Megan, apenas tiene cuatro meses. —se levantó de la mesa de repente, había olvidado inyectarse sus hormonas.

—¿Quién es Megan? —preguntó. No estaba seguro de conocer a alguien con ese nombre.

—Su hija, ¿Recuerdas que te dije que tiene una? —el ojiverde asintió viendolo armar su jeringa para llenarla de la cantidad de estrógeno que necesitaba. —¿Tú harás algo hoy? —cuestionó luego de pinchar el lado izquierdo de su cadera.

—Yo sí tengo que trabajar. Y se supone que saldré con unos amigos por la noche, pero no tengo muchas ganas en realidad. Aún sigo triste por lo de Linda. —una pequeña lágrima corrió por su mejilla, la limpió de inmediato.

—Deberías salir un poco, ya sabes, para distraerte. —tiró la aguja. Lavó y guardó la jeringa junto con el pequeño tarrito lleno de solución, lo había comprado nuevo unos días atrás.

—No lo sé. —terminó con su comida, estaba listo para lavarlo. —¿Tienes un cigarrillo para mí?

—Uh, claro. En mi mesa de noche hay un par. —en su voz se notó dudoso, casi como si quisiera mezquinarselo.

Malcolm le agradeció y fue hacia su cuarto. Generalmente no entraba a la habitación de su hermanito, así que le sorprendió la cantidad de ropa tirada por ahí, igual algún que otro cosmético. Encontró la cajetilla rodeada por un esmalte de uñas y un vaso vacío, tomó sólo un cigarro. También se llevó el vaso, iba a regañar a Angus por eso.

—¿Cuándo vas a limpiar ese desastre que tienes?

—En algún momento lo haré, tengo todo el día libre. —volvió a su desayuno un poco fastidiado, podía tomarse todo el tiempo necesario. —Ellen vendrá a almorzar quizás ella me ayude. Vamos a intentar cocinar un bizcochuelo. —su intención real era que su mejor amiga lo ayudara a preparar algún postre con lo que invitaría al sensual nieto de su vecina a tomar el té.

—De acuerdo, sólo no hagan un desastre.

—Sí, sí. Lo que digas.

Alrededor de una hora después, Malcolm ya se encontraba en su trabajo. Había abierto el taller más tarde pues Dave no asistiría ese día, el cambio de clima lo había enfermado. El comienzo del otoño había traído vientos ya más fríos. Trabajó solo y aburrido durante la mañana, su única compañía fue la radio.

𝑳𝒊𝒗𝒆 𝑾𝒊𝒓𝒆 ~ 𝑩𝒐𝒏 𝑺𝒄𝒐𝒕𝒕 𝒙 𝑴𝒂𝒍𝒄𝒐𝒍𝒎 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora