La familia te protege

9.2K 766 89
                                    

-¿Te encuentras bien amore?- pregunta Adriano entrando en mi habitación.

Desde que él y Svetlana me encontraron con la mirada perdida después de hablar con Jennifer, no he dicho ni una palabra en el camino de regreso a la mansión.

Tengo tantos sentimientos envueltos en mi pobre corazón. Era claro que tendría que ver a Maximiliam, este es su territorio y sobre todo, tarde o temprano tenemos que hablar sobre nuestro hijo.

Mi pequeño Ayax, el es inocente ante todo esto y aunque admito que las palabras de Jennifer me dejaron con un gran vacío en el pecho y en mi alma, aun no estoy segura de confiar en mi ex prometido.

-La verdad, no sé como sentirme- le digo mientras muevo los pies de un lado a otro, aún no me acostumbro a usar tacones.

-Supongo que al fin enfrentarte a él fue mucho más difícil de lo que creías- comenta sentándose a mi lado en la cama.

-Svetlana sabe mejor que nadie lo vulnerable que soy ante él- soltando una bocanada de aire admito-Por mucho que actúe como la Emperatriz, él puede hacerme perder la razón con tan solo su toque- digo recordando la manera en que sus manos bajaban poco a poco por mi cuerpo cuando bailábamos.

-Es muy guapo- dice pensativo, volteo a verle con una ceja levantada-No más que yo, por supuesto- ríe- Pero admito que Maximiliam Telnaster es todo un hombre- mueve arriba y abajo las cejas.

-Eso viene con el paquete del porqué me enamoré perdidamente de él.

-¿Amore?- pregunta después de un tiempo estando callado- ¿Alguna vez te dio motivos para dudar?

Esa pregunta junto con las palabras de Jennifer me hacen sentir como la peor de todas las personas. Sabiendo todo por lo que pasamos Maximiliam y yo no dudé ni un segundo en creerle a Lucrecia.

-La verdad es que no- digo cerrando los ojos. Siento la mano de Adriano en mi muslo cubierto por mi camisón.

-¿Entonces por qué lo tachas de traidor?- pregunta lentamente. Suspirando le cuento todo.

Le cuento esta parte que solo su tía sabe, ya que estaba a mi lado cuando me la pasé llorando día y noche viendo las fotos de él con Charlotte.

-La única vez que discutimos fue por ella- le cuento-Maximiliam me dijo que nunca había existido nada entre ellos, que solo fue cosa de una noche muchos años antes de que nos conociéramos- volteo a ver al ruso y me sorprende ver un gesto burlón en su cara-¿Te ries de mí? ¿Acaso quieres morir?

-Lo siento amore- dice aguantando la risa -Pero si algo he aprendido en este oficio y al lado de mi tía, es que nunca puedes creer las palabras del enemigo, ni siquiera si demuestra pruebas. Las confesiones de un traidor son tan creíbles como sus juramentos.

-Estaba en un momento muy vulnerable- Admito con lagrimas en los ojos-Estaba el tema de mi embarazo en ese infierno y solo tenía las esperanzas de que me encontrara- limpio mis ojos-Así que Lucrecia con fotos de mi prometido besando a la mujer por la que única vez discutimos fue la gota que hacía falta para derribarme.

-Hablen- dice frotando su mano en mi brazo-Admito que fue un bastardo cuando me separó en medio de nuestro precioso baile- su expresión pasa de disgustada a una mirada pícara-Pero valió la pena, porque cuando me alejó de ti me dejó en manos de un señor muy atractivo- dice con un suspiro.

-Madonna Santa, no pierdes tiempo ¿Eh?- digo chocando nuestros hombros.

A simple vista el ruso parece un hombre que podría robarte la cartera sin dudarlo, pero en realidad es todo un coqueto. Cuando me confesó que era bisexual me tomó por sorpresa, ya que se la pasaba coqueteando con todas las chicas que se le cruzaban. Eso no importa sí, para mí es una persona increíble y con un gran corazón, ¿Importa acaso la sexualidad? Si él disfruta su vida y es feliz así, yo solo lo apoyaré y acompañaré.

SepulcroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora