-Recuerdos
El sonido de las manecillas marcando los segundos en su costoso reloj era el único elemento que lo mantenía anclado a la realidad. Sus ojos de tono oscuro escudriñaban y analizaban el contenido del documento.
Su presencia imponente y semblante serio proyectaban una impresión totalmente opuesta a sus verdaderos sentimientos. Estaba nervioso."¿Qué ganaría yo con esto?" preguntó Michikatsu.
"Bueno, podrás llevarte a ese niño malcriado a tu casa, ya que, como viste, ya no tendrá donde quedarse.", dijo con una mueca de tristeza falsa.
El hombre de traje morado volvió a ver el papel que tenía en sus manos. Sus pensamientos estaban en un conflicto casi inimaginable.
"Señor Gyokko, faltan cinco minutos para la llegada de los trajes que solicitó", habló el individuo de ojos rojos.
Gyokko soltó un suspiro, visiblemente irritado. Lo que Michikatsu le había advertido era precisamente lo que él mismo no había cumplido.
"Escucha, vendré mañana para que podamos discutir este asunto nuevamente..."
"No tengo nada que discutir", habló con tono autoritario.
"¿Qué quieres decir con eso?" Interrogó molesto.
El individuo de ojos oscuros simplemente lo miró por unos instantes y luego, de repente, salió de la oficina, dejando al susodicho artista y su acompañante con evidente confusión.
Por parte de Gyokko, soltó un gruñido y rompiendo el papel del contrato.
[-]
Su forma de caminar mostraba lo ansioso y disgustado que se sentía en ese momento. Aunque por dentro todavía desconfiaba de ese tipo, tampoco quería arruinar más su vida por culpa de eso. No podía evitar las noches en vela pensando en su familia rota.
Lo último que supo de sus nietos fue que Muichiro se había vuelto un artista de primera, pero del otro gemelo no sabía absolutamente nada.
Su presencia parecía despertar un interés palpable entre los transeúntes, quienes no podían evitar detenerse un momento para observarlo. Desde lejos, su porte y su aura sería y elegante sugerían claramente que se trataba de alguien con una posición económica privilegiada.
A pesar de su riqueza, se sentía vacío, como si todo ese dinero no llenara el hueco dentro de él.
Con serenidad en sus movimientos, deslizó la puerta de su vehículo de lujo, dedicándose un momento para ponerlo en marcha antes de proseguir su trayecto.
Un suspiro lo hizo hablandarse un poco.
Recordaba con claridad el día en que su familia se desmoronó. El dolor y la ira que lo consumieron lo llevó a alejarse de todo y de todos, hasta de su hermano. La búsqueda incansable de poder se había apagado momentáneamente desde que se casó y tuvo a su primera y única hija.
El rencor hacia el menor de los Tsukikuni seguía intacto. Todo desde que se le negó su herencia y todo sus beneficios a causa de su envidia al mencionado.
...
Quizás fue más doloroso el saber que aún lo seguía apreciando, a pesar de todo lo que hizo y dijo. Había trabajo duro para conseguir un lugar en su familia, que olvidó por completo a su hermano y su manera de verlo cambio brutalmente por su culpa.
Mientras se detenía en un semáforo, su mirada se posó en un parque cercano, donde niños reían y jugaban despreocupadamente. Una punzada de melancolía lo invadió al recordar los días en que su propia hija corría y jugaba.
Debía aceptarlo, tampoco fue un buen padre, pues casi siempre estaba ausente en casa por temas de trabajo.
No sabía casi nada de ella realmente, solo dejaba que los años pasaran. Con todo eso la dejó sola con su madre quien posiblemente lo había estado engañando por su ausencia.
No tenía pruebas, pero tenía la leve sospecha de que pudo pasar.
Cuando su hija cumplió 18, conoció a un hombre. Que por cierto, mantenía parecido a su hermano. Negó rotundamente la relación, había prohibido que lo viera por su increíble persistencia de casarse, pero su hija hizo completamente lo contrario.
Una cachetada recibió por parte de su esposa quien le reclamaba por la ausencia y otra cachetada reclamándole que por culpa de sus problemas, su única hija había escapado con ese hombre.
Los días siguientes a ese suceso no sabía nada de la joven. Por la presión de la madre y la preocupación que habían sentido en el momento, se les había informado que se encontraba viviendo en un departamento con el mismo chico.
Hizo de todo para que volviera, pero la respuesta que siempre daba fue la misma que recibió.
Unos meses después se había enterado que su hija vivía en una casa con su actual esposo. Parecía que ese muchacho no era malo después de todo.
Los años pasaron sin saber casi nada de ellos, porque su mujer le negaba saberlo, por lo que decidió ir personalmente a verlos.
La increíble sorpresa fue de dos gemelos que se les permitió ver, todo gracias a la amabilidad desinteresada del líder de la casa. Si fuera por su hija, ya lo habían echado a patadas.
La familia Tokito gozaba de suerte al tener dinero suficiente para subsistir y criar a los niños.
El semáforo cambió a verde, pero Michikatsu permaneció inmóvil por un momento, sumido en sus pensamientos. Finalmente, con un suspiro, giró el volante y se desvió del camino.
Necesitaba paz consigo mismo y hablar con sus nietos, quizá lo ayude en algo.
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From the Start
Fanfiction⊱ ────── {.⋅ ♫ ⋅.} ───── ⊰⊱ ────── {.⋅ ♫ ⋅.} ───── ⊰⊱ ────── {.⋅ ♫ ⋅.} ───── ⊰ La vida de Kotetsu experimentaría un cambio inesperado tras llegar a esa mansión y conocer al enigmático joven dueño de ella. No obstante, no pensó en convertirse en la...