Conociéndote

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Todos saben que a las estrellas fugaces conceden deseos. ¿No es así?

...

Un pequeño de tan solo diez años miraba el cielo entusiasmado, pues decían que era una noche especial... una noche de lluvia de estrellas.

Al parecer las estrellas no iban a caer... No aparecía ni una.

Íbamos a conocer la identidad de ese niño en unos cuantos años.

unos minutos después, ya desanimado, volvió a ver el cielo, se impresionó al ver una estrella cayendo de el cielo.

ㅡYo... ¡Yo deseo al mejor esposo cuando tenga 26 años!-. Dijo para si mismo entusiasmado.

La lluvia de estrellas comenzó, todos admiraban.

...

Volvamos al presente.

Jake es un chico de tan solo 24 años. Él era aquel niño que le había pedido a una estrella el mejor esposo.

Su deseo al parecer no se iba a cumplir.

Ya habían pasado 14 años, no tenía esperanza.

Nuestro ahora peli-azul trabajaba en una pastelería junto a su abuela postiza, Miriam.

Jakeㅡ Buenos días ¿Que le puedo ofrecer?-. Dijo con una sonrisa, le encantaba tratar bien a sus clientes.

ㅡBuenos días, ¿Podría darme tres cafés y una docena de donas?-. Dijo correspondiendo aquella sonrisa.

Jakeㅡ Claro que si, serían... 35 dólares-. Dijo con una sonrisa.

ㅡ Aquí tiene-. Dijo dándole el dinero.

JakeㅡMuchas gracias. En unos minutos se lo traigo-. Volvió a hablar para luego ir a la cocina.

Luego volvió trayendo otro de los pedidos ordenados.

Jakeㅡ Aquí tiene su orden de tres emparedados con un jugo de naranja ¿Verdad?

ㅡSip, muchas gracias, que buen servicio-. Agarró la bolsa de alimentos con una sonrisa.

El peli-azul sonrió.

Jakeㅡ No es nada, es un placer servirle, ¡vuelva pronto!-. agitaba su mano para luego ir a la cocina nuevamente y traer el último pedido de los cafés y donas.

Hacía un poco de equilibrio para llevar todo hasta que llegó al mostrador.

Jakeㅡ Disculpe la demora, aquí tiene su orden de tres cafés y una docena de donas ¿Verdad?-. Puso la bolsa en el mostrador con una sonrisa.

ㅡSi, huele delicioso... Muchas gracias.

Jakeㅡ No es nada, es un placer servirle, ¡vuelva pronto!-. Dijo algo cansado.

Su día fue agotador, estaban apunto de cerrar.

Miriamㅡ Lo hiciste muy bien hoy, muchacho. Espero verte mañana-. Dijo ya apunto de cerrar la pastelería.

Jakeㅡ Gracias Miriam. Vendré sin falta-. Dijo con una sonrisa en sus labios.

Ambos vieron a un policía correr hacia la tienda y se alarmaron, sin embargo, no era para nada malo.

ㅡ ¡Disculpen! ¿Ya cerraron?-. Dijo viendo cómo ya ambos se encontraban afuera.

Miriam y Jake se miraron.

Jakeㅡ Estábamos apunto de hacerlo... ¿Necesitas algo?-. Dijo levantando una de sus cejas.

ㅡ Lamento molestarlos pero ¿podría hacerles una última orden?

Estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora