ıllıllı
🇧 🇮 🇱 🇱
ıllıllı
Me bajé de mi auto una vez que estuvo estacionado fuera del taller donde trabajaba Tom. Realmente estaba hecho una furia e iba a pedirle explicaciones sobre quién era BeKa.
Tal vez me vea un poco patetico pero es que me siento celoso y necesito una razón para no estarlo.
- ¡Tú! - señalé a un hombre de estatura mediana que estaba en la entradita de la puerta.
- Buenos días, ¿en qué le puedo ayudar?
- Vengo a buscar a Tom, ¿dónde está?
- Tom ya no trabaja aquí. - mi ceño se arrugó de manera exagerada, mi corazón empezó a bombear rápido y la boca se me secó.
Me iba a dar algo.
- ¿Por qué? - me atreví a preguntar aun sabiendo las posibilidades de la respuesta que me iba a dar.
- Creo que...
- Renunció. - giré a ver al rubio que se acercaba a pasos lentos a mí, tenía una sonrisa burlona que solo me provocaba.
Apreté mis puños a modo de descargar las ganas de romperle la boca otra vez.- No creo que Tom haya renunciado.
- Pues lo hizo, seguramente porque no puede cargar con la culpa de saber que traicionó a su amigo. Su conciencia debió haberlo matado.
- Mentira. - no me atrevo a creer lo que este idiota está diciendo. - A Tom le gusta su trabajo. Dime algo más creible.
- ¿Qué está sucediendo aquí? - un hombre más o menos de la edad de mi padre caminaba en mi dirección junto con el chico que le hice la pregunta. Ignoré completamente a la persona que me provocaba y le di toda mi atención. - ¿Por qué tanto alboroto?
- Buenos días, necesito saber el motivo de la renuncia de mi...
- Amante. - cortó metiendo sus narices donde no le importan.
- ¿Hablas de Tom?
- Él mismo. - crucé mis brazos y miré al hombre con altanería.
- En realidad... Tom fue despedido porque Andreas me comentó que el otro día vino una clienta con el neumático mal puesto o algo así y no me agradan los trabajos mal hechos.
En eso todo el recuerdo de Laila diciendome que iría a su taller con la puta excusa del neumático mal compuesto llegó a mi de golpe.
Maldita Laila.
- Creame que no es la culpa de Tom. - rendido bajé mis brazos y lo observé suplicante. - Dele una oportunidad, por favor.
- No niego que Tom es un trabajador excelente y que es la primera vez que le pasa esto pero, ¿y si vuelve a pasar? Voy a quedar mal yo y el taller.
- Carajo, en serio que no fue la culpa de Tom. Fui yo la persona que vino a hacer arreglar el neumático y lo hizo bien, sólo... - inhalé profundo para volver a hablar. - Cuando lo conocí me encantó, le invité a salir y me rechazó. A si que a modo de chantaje yo mismo ponché mi neumático, vine a que él me atendiera, le pedí una cita otra vez.., la cual me aceptó solo para que yo no le dijera nada a usted y en esa puta cita ¡estaba él! - con todo el drama del mundo apunté el rostro furioso del rubio.
- ¿Andreas?
- Sí. - respondí con inocencia. - Creo que su hijo está un poco interesado en mí. - rasqué mi mentón mientras miraba a cualquier lado del taller. - Incluso ayer llegó a golpear a Tom, eh. ¿Cómo es posible que usted permita que sus trabajadores acosen a los clientes?