Capítulo 15

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Zackary Frigerio

-¡Lo hemos hecho!-el pecho descubierto de Madison aun subía y bajaba rápidamente.

-A sido solo una ronda la noche es joven.

-En ese caso-Madison se incorporó encima de mí- No perdamos mas el tiempo.

Sus labios se juntaron con los míos en un delicado beso, sin apuros y nada violento pero si excitante.

Un pitido provino de la entrada de la habitación.

-Zack-Aiden y Luke se dieron una mirada de complicidad- ¡Mierda no vimos nada!-aseguro el segundo.

-Par de idiotas salgan de aquí.

Luke fue el primero en abandonar la habitación- Lo sentimos les aseguro que no vimos nada- Aiden seguía con las manos cubriendo su rostro-Gusto en saludarte Madison.

No pude evitar que una sonrisa se ensanchara en mi rostro

-Son unos idiotas-Madison me veía de reojo, sus mejillas estaban rojas como un tomate.

-Mierda- dijo en voz baja.

-Bueno en que estábamos.

-¡Zackary!

-¿Qué?

-¡Quieres seguir follando sabiendo que tus amigos acaban de vernos!

Me encogí de hombros-¿Que tiene de malo? Créeme me han visto hacer cosas peores.

-Como sea.

Madison volvió a besarme y la noche transcurrió igual que antes sólo con sus gemidos de fondo y una que otra nalgada.

En la mañana me desperté con ella a mi lado. Aún estaba desnuda y dormía tan tranquila como si hace unas horas no se hubiera estado atragantado con mi polla en su boca.

Me levanté de la cama tan lento a modo de no despertarla. Madison ni se inmutó ante mi ausencia.

Salí de la habitación directo al baño. Todos se habían ido y nadie venía a la cabaña si no se los pedíamos eso significa que la tenemos sólo para nosotros.

Me di una ducha rápida antes de volver a la habitación, al volver Madison ya se había despertado más seguía envuelta en las sabanas mirando su celular.

-Buenos días rojita.

-Buenos días refrigerio.

Le puse mala cara y ella sólo me ignoró.

-Creí que entrarías con el desayuno.

-¿Quieres que lo haga a la próxima?

-¿Qué?-puso cara de asco- Eso es muy cliché.

La mire con confusión.

-En los libros siempre que follan a la mañana siguiente mágicamente uno de ellos prepara el desayuno-explico.

-Lees mucho- le dije sentándome a su lado.

-¿Yo? No tanto, Isa siempre nos cuenta lo que pasa en los libros que lee.

-¿Y tú?

-¿Eh?

-Que te apetecería hacer en las mañanas.

Madison la pensó un rato.

-Amm bueno y -yoo- Madison mordía su labio inferior sin darse cuenta- Un mañanero no estaría mal.

Me dedico una sonrisa llena de malicia.

-Anda Cariño ¿Te niegas a una mamadita?

-Contigo nunca.

Eres mi perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora