CLEVERLY CLUMSY, regulus black

03 | not knowing how to help

Ellos seguían sin hablar, ni siquiera se habían movido a la sala de los menesteres como habían acordado, simplemente se habían escabullido por la habitación que Lucifer compartía con otros compañeros de casa. No eran capaces de contarle la verdad al chico y su paciencia estaba agotándose. Hablarlo con Ræla no era una opción porque sabía que ninguno de ellos confiaría en ella. Solo debía intentar que soltaran toda la información, porque Lucifer sabía que, si no lo hacían, no podría ayudarlos, aunque quisiera. Era un chico de quince años, no sabía nada del mundo. No era independiente, no era como los demás y si no sabía qué les había pasado, no sabría cómo solucionar el problema.

── No vamos a revelarte nada, chico ── dijo Nimue, aunque eso era algo que él ya sabía ──. Solo tienes que ayudarnos a salir de aquí sin decirle nada a Dumbledore.

No había nadie más en la habitación, solo ellos cinco. Los demás se encontraban en el Gran Comedor, y aunque Nenufare se estaba muriendo de hambre, prefirió quedarse allí tratando de resolver el problema de esos cuatro chicos. De alguna forma debía ayudarlos, él los había liberado, tenía que terminar el trabajo.

── No puedo hacer eso.

── ¡Claro que puedes! Eres tan inteligente como para habernos devuelto a nuestra forma humana ── Frey estaba comenzando a perder la paciencia con Lucifer, pero es que él no podía solo dejarlos irse cuando quizás alguien podía llegar a ser testigo de eso. Traería muchísimos más problemas de los que ya había.

── En realidad no, erré el hechizo que estaba tratando de realizar, no soy para nada un cerebrito, soy todo lo contrario a un genio ── confesó, sentándose en la cama que le pertenecía a él.

── Muchos científicos importantes han comenzado con un error en sus investigaciones, así que creo que eres inteligente, torpe, pero brillante ── Nimue le sonrió, sentándose a su lado ──. Confío en ti, te hemos estado observando por mera curiosidad, no pensábamos que tú nos liberarías, así que vamos a esperar el tiempo que sea necesario para que nos puedas ayudar. Pongo mi vida en tus manos.

Esa no era una muy buena idea, pensó Lucifer. No estaba seguro de que pudiera ayudarlos realmente, pero quería hacerlo, solo que todavía no sabía cómo haría eso.

── Eres tan estúpida ── escupió Libe, quien estaba de pie junto a una ventana medio abierta ── ¿En serio le vas a creer? Se llama como el diablo, nada bueno puede venir de él.

── Cierra el hocico, Libe ── ordenó Frey ──. Yo también confío en él, ya no tengo nada que perder mientras no me separen de Griffin.

Griffin y Frey habían sido gatos durante siglos, no habían crecido nada, pero el mayor veía al niño como su hermano, aunque no eran familia. Separarlos sería como herirlos de muerte.

── No los van a separar ── aseguró Nimue, cuando ni siquiera ella lo sabía ──. No si Lucifer logra sacarnos de aquí.

Que ella dijera eso solo lo hacía sentirse más culpable de lo que ya se sentía porque algo dentro suyo le decía que no podía hacer nada por ellos por más que quisiera.

── Bien, entonces yo también voy a confiar en él, pero si llega a traicionarnos, no dudaré en robarle su varita y matarlo.

── ¡Libe!

── Las varitas casi siempre se rehúsan a dañar a sus dueños, así que no tengo miedo de tus amenazas.

── Pero nos vas a ayudar ¿cierto? ── preguntó el niño, con inocencia.

── Claro, voy a hacer todo lo posible para sacarlos de Hogwarts.

── Tú tienes una amiga en Slytherin ¿verdad? Te hemos visto con ella, puede que también nos pueda ayudar si le cuentas de nosotros.

── ¿Ræla? ¿Están seguros? Es mi mejor amiga, había pensado en contarle, pero pensé que quizás ustedes no querrían que nadie más supiera de ustedes.

── Sí, no queremos que gente como Dumbledore o personas cercanas a él lo sepan, pero te hemos visto durante meses. Tú y tu amiga me inspiran confianza ── manifestó Nimue ──. Tal vez no sepas como ayudarnos, pero ella puede darte una idea de cómo hacerlo. Así que no tengas miedo de contárselo, porque algo me dice que va a comprender.

Y Lucifer también lo creía, porque Ræla era la chica más comprensiva que había conocido en su vida.

── Está bien, le contaré sobre ustedes.

── ¡Perfecto! Esta noche nos trasladaremos a la sala de los menesteres para hacer más dinámica las interacciones entre nosotros, no vamos a tener que escondernos cuando lleguen tus compañeros de cuarto.

Al menos, eso era un alivio para Lucifer.

── ¡Salte de encima, Libe!

── ¡Pero Frey...!

── Dios, nunca van a dejar de pelear hasta que se separen ── susurró la chica, tratando de ignorarlos ──. Lo siento por eso, han sido así toda la vida, literalmente.

Lucifer no dijo nada, solo asintió dándole a entender que estaba bien, que no estaba juzgándolos ni nada parecido. Ahora, su preocupación era cómo decírselo a Ræla. ¿Cómo le contaría todo lo que estaba sucediendo?