Capitulo 1: El relato de una suicida.

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La vista era hermosa, lo podía ver todo, el inmenso mar chocar contra las piedras, la espuma que soltaba con gracia al alejarse y siguiendo la marea, mis ojos encontraron el atardecer,el sol...El sol, radiante, ardiente y enfervorecedor, tan grande y lleno de luz, era increíble tenerlo frente a mi, resplandeciente, solo me inspiraba libertad.

Baje la mirada a mis botines negros, una pequeña piedrecilla resbaló por el acantilado, la observe saltando entre las inmersas rocas hasta llegar al encuentro con el agua, y unirse junto a ella.

Sentí la briza del mar en mi rostro, invitándome a alzar la mirada, y así lo hice.

Observe todo por segunda vez.

Eleve mis brazos a los lados, respire hondo, junte mis manos sobre mi cabeza y me lance hacia aquella marea cristalina y pura.

El agua viajaba por mi cuerpo.

La sentí desde mi dedo índice de mis manos hasta mi dedo pulgar de mis pies.

En realidad no se si estaba fría o tibia, si tenia aire en mis pulmones o si no tenia oxigeno. Mis problemas ya no estaban, había dejado de sentir el ardor en mi pecho y el nudo en mi garganta desapareció. Mis pensamientos se hicieron blancos.

Solo sentí mi alma.

Respirar para mi, ya no era indispensable.

Comencé a sentir algo mas que mi alma y a eso me refiero, a unas fuertes manos en mi cintura tirando de mi hacia arriba con fuerza, realmente no se si todavía estaba cociente.

Ya no era blanco lo que habitaba en mi mente, ahora todo era negro.

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Noah

La saque del agua y nade hasta llegar a la tabla de surf, rápidamente puse a la delgada castaña sobre ella y sentí su pulso y gracias a dios había un zumbido en aquella delgada muñeca, comencé a nadar hacia la orilla.

Mientras me preguntaba ¿Como pudo hacer aquello? Casi se muere. Cuando la vi saltar de aquel acantilado me sorprendí nunca había visto a una chica hacer eso, creí que saldría, pasaron segundos y hasta minutos, pero nada, me desespere y fui tras ella.

Ahora me encontraba sobre la arena practicándole los primeros auxilios no podía hacer nada mas, ya que no había nadie en la playa creí que era el único que la conocía, por que esa parte de la playa estaba lejos de la ciudad y no era muy concurrida. Comencé a apretar mis dos manos juntas sobre su pecho, tratando de sacar toda el agua que había ingerido, pero no funciono, así que comenzandome a desesperar le di respiración boca a boca, trate dos veces, tres, cuatro y nada, recordé que en una clase de primeros auxilió la cual recibí al aprender a nadar, dijeron que como último recurso le diera un golpe en el pecho, lo probé y funcionó.-Di un largo suspiro de alivio.

Ella comenzó a temblar y hay fue cuando lo soltó todo, tosió y tosió, gracias a dios que el agua salio, se inclino hacia adelante, puse mi mano sobre su espalda y la ayude.

-Hey, tranquila estas bien?.-Ella levanto la mirada y me encontré con unos gigantes ojos cafés con manchitas mostazas, por un momento me perdí en ellos o eso creí. Estaban rojos e hinchados por el exceso de agua que había entrado en ellos, me fije en ella y tenía una larga melena castaña, sus labios carnosos y largos, realmente es preciosa.

-S..si.- contesto ella casi inaudible, aunque yo seguía perdido en sus ojos.

-Tienes que quitarte la ropa o te enfermeras.

-Pe..pero solo tengo esta ropa y ... -Dijo la castaña tartamudeando.

La interrumpí.-Ven te daré algo que ponerte. -Me levante y me encamine hacia el auto, la mire de reojo y me di cuenta que seguía en la misma posición pero, claro como podía seguirme acababa de sacarla del agua ¿con que fuerzas se levantaría? Demonios, además era tremendamente delgada, me gire devuelta hacia ella. -Hey castaña súbete a mis hombros, no creo que puedas llegar al auto tu sola.-Ella dudo y ladeó la cabeza.

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2017 ⏰

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