Capitulo 1

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Era una mañana muy tranquila, aún estaba metida en mi cama bajo las sábanas, no sabía que hora era, solo sabía que mi cama era mi lugar favorito y que de aquí no quería levantarme nunca más.

De repente se escucha un estruendo de algo que se rompió en el pasillo por lo que desperté dando un salto en la cama y no medi el fuerte salto que di que me golpee la cabeza con una pequeña repisa que había aún lado de la cabecera de la cama.

Mierda... —la puerta se abre y dos pequeños se suben a la cama corriendo y gritando, Alex y Marcos suben a la cama metiéndose debajo de las sábanas tenía a cada uno a cada lado de mi cuerpo y río al ver sus bultos debajo de está— ¿Que hicieron ahora?

Marcos saca su cabeza y me mira-el jarrón que mamá compró en Japón-me dice espantado.

¿El que compro en las vacaciones? —abro mis ojos como platos y este asiente— estan en graves problemas entonces

ayudanos Denisse —ambos me miran con ojos de cachorros— mm, si lo hago, ¿que harían por mi? —rio algo malévola viendo como ambos se ponen a pensar y me decian sus ofertas, estos pequeños me alegraban el día cada mañana, nadie los amaría como yo los amo— bueno, bueno, aceptó la limpieza de mi cuarto por una semana

Los veo festejar a ambos y salen de sus escondite, los tres nos miramos al escuchar unos tacones resonar junto a un grito con sus nombres por lo que me pongo mis pantuflas de conejito y me levanto rápidamente saliendo de la habitación y viendo que no había sido un jarrón sino tres, pero ya era tarde para dar marcha atrás, se los había prometido y las reglas de los hermanos Brooke, se cumplían.

Levanté mi mirada al ver a unos centímetros a una mujer alta, con una buena postura, caminaba totalmente firme hacia mi, su cabello rojizo bailaba con el viento y mantenía su ceño fruncido— ¿Dónde están?

Hola mamá, buenos días, si amanecí muy bien

No estoy jugando Denisse, ¿dónde están?

En su cuarto me imaginó —mira todo el desastre y hago una mueca suplicando a los miles de dioses que existen que no se pase con el castigo— lo siento, lo siento, desperté media dormida y me tropece con la alfombra

Claro la alfombra, te conozco demasiado, se que los estás encubriendo —se cruza de brazos y me señala con uno de sus dedos— siendo así te castigare, no irás al concierto está noche

¿Que?!!!, no mamá, mamá —hablaba mientras caminaba detrás de ella y le hace una seña a María una de las sirvientas para que recoja el desastre— no me puedes hacer esto, The weeknd, no se presenta todas las veces en Londres

Debiste haberlo pensado antes de encubrir a tus hermanos —maldicion en este momento odiaba a esos pequeños demonios y me maldecia por estúpida, le rogué hasta que llegamos a la cocina y vi a mi padre sentado en la punta principal de la mesa y me acerco a el con puchero y abrazándolo.

¿Qué pasó tesoro? —me mira con un gesto de intriga y ternura al verme actuar así, su nena de 20 años, que para el sigo siendo su niña pequeña que aún juega con muñecas—

Mamá... —digo haciendo un mini berrinche— me castigo por encubrir a mis hermanos y no me deja ir al concierto de the weeknd

¿Dijiste que no irás al concierto de The weeknd? —dice Patrick entrando al comedor— lastima por ti, porque yo iré

Idiota... —le saco la lengua y mi padre me da un beso en la frente— paputis, déjame ir

Tesoro, tu madre ya habló, no puedo hacer nada

Me resigné y me senté en mi lugar toda triste y enseguida Claudia nos sirvió el desayuno, mi hermano me seguía haciendo burla y yo con mi pie lo golpeó por debajo de la mesa haciendo que se le caiga migajas de su comida al suelo y mamá lo regaña por lo que rio bajo.

𝘚𝘦𝘳𝘦 𝘵𝘶 𝘱𝘦𝘤𝘢𝘥𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora