El sonido de un motor de auto se escuchaba por toda la calle, el hombre que trabajaba en el vehículo veía por la ventana de su casa a su esposa e hija limpiando el hogar. Había prometido que limpiaría la cochera de la casa una vez terminara de arreglar el auto, pero realmente no había avanzado absolutamente nada.
— ¿Qué tanto piensa vecino? – el dueño de la casa de al lado salió de su hogar con una copa de vino en la mano.
El hombre que trabajaba en el auto no pudo evitar saltar de susto al escuchar la voz de su misterioso vecino, un hombre que rara vez se dejaba ver a la luz del día.
— Trabajo vecino, trabajo – contestó el hombre a su pálido vecino quien lo miraba interrogante y al mismo tiempo con cierto asco – por cierto, me llamó Patrick, ya se lo he dicho – pidió intentando evitar las formalidades con aquel hombre, nunca le había gustado tratar a las personas con tanta formalidad. Él era un hombre informal y le gustaba serlo, no se sentía cómodo intentando aparentar alguien que no era.
— Wilfred D'Arcy – se presentó el hombre formando una sonrisa en sus labios, evitando mostrar sus dientes.
Patrick salió de abajo del auto limpiándose las manos con un trapo que tenía cerca, sus ojos miraban con detenimiento a su vecino intentando analizarlo, en algún punto Wilfred se movió incomodo en su lugar desviando la mirada por inercia hacia la calle. Patrick al ver que lo estaba intimidando sonrió amable soltando una pequeña carcajada para al final fruncir levemente el ceño con incomodidad.
— Años siendo vecinos y hasta ahora tenemos una charla decente Wilfred – dijo ofreciéndole la mano en forma de saludo – Hansley – mencionó cuando su vecino Wilfred estrechó su mano. Él hombre no pudo evitar mirarlo con extrañeza al escuchar eso – Es mi apellido – dijo con una sonrisa el hombre a su misterioso vecino.
Ambos se sonrieron con satisfacción al darse cuenta de que su primer encuentro había sido demasiado cómodo para ambas partes.
— Es la primera vez que interactuamos, un poco extraño siendo que nuestras hijas se conocen – confesó Patrick confundido al darse cuenta de la situación en la que encontraba con su extraño vecino.
— Cierto, soy padre soltero por lo que trabajo más de lo debido para que mi hija viva tranquila sin tantas preocupaciones – Wilfred miraba a Patrick con su profunda mirada intentando ocultar los nervios.
La puerta de la casa de Patrick se abrió dejando ver a su esposa e hija quienes salían de la casa riendo entre ellas de las ocurrencias que salían de ambas partes.
— ¿Todo bien Patrick? – su esposa preguntó confundida a su esposo al ver que estaba muy cómodo sonriendo a su vecino.
Su esposo asintió con la cabeza aun sin borrar la sonrisa de sus labios, le agrada de alguna manera su extraño y misterioso vecino que siempre causaba curiosidad en todos y cada uno de sus vecinos.
La mujer sonrió con una sonrisa pequeña a su esposo mientras se acomodaba un mechon rubio que se había alborotado. Aquella acción llamó la atención de su vecino, realmente la mujer guardaba mucho parecido con su hija, tenían un parecido inigualable que le hacía hacerse muchas preguntas a sí mismo.
— Mamá quiere que hagamos las compras de la semana ahora papá, quiere dejar todo listo antes de regresar a su trabajo... - un leve empujón en su brazo hizo que la joven hija de Patrick guardara silencio.
Su madre la miraba con seriedad, sus ojos la amenazaban como si se tratasen de dos dagas, la mujer no quería que siguiese hablando su hija más cosas de lo debido frente a su extraño vecino. Su hija estaría más tiempo de lo que quería sola y lo que menos deseaba es que le intentaran hacer algo por su imprudencia.
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Lady Birdwhistle
RomanceAlice es enviada a un internado en el extranjero cuando sus padres deciden divorciarse, el nuevo instituto es perfecto para los padres y garantizan una estancia inolvidable a todos los alumnos, pero nada es lo que parece o ¿sí? Contenido LGBT+ para...